GESICHTSURNEN
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hipótesis de trasmmon, pues la encontramos en todo el mundo (VIII,
p. 555 - 563). La opinión más acertada es que se trate de una constante
psicológica (integración del color rojo como carácter de la vitalidad).
A pesar de la innegable oscuridad general, existen sin embargo, .
una cantidad de elementos concretos para los cuales no puede excluirse
la convergencia, asociada ' con la irradiación. Este es el caso de las dos
o tres áreas europeas de urnas androprosopas
(gesichtsurnen)
que me
han llamado particularmente la atención y a las cuales pienso volver
más detenidamente en otro trabajo. Ya sea que tengan como que no
tengan en Eurasia un centro de dispersión común, es cierto que, por
ruptura de continuidad y anacronismo patente, resulta algo difícil, por
el momento, soldar las áreas europeas con el área norteamericana y la
sudamericana de urnas con cara humana. Es prudente, hoy día, admi–
tir convergencia de invención entre el grupo Dardania, Pomerania y
Etruria por una parte, el grupo Nebraska y Amazonia por la otra ( IX),
pero alrededor de cada uno de tales centros independientes, se han
desarrollado,
también, muy vastas influencias de irradiación. Así la
gesichtsurne
sudamericana ha llegado en sus varias trasformaciones hasta
los valles diaguitas y hu a uaca X) .
Sin embargo, y esto co stt tuye la seducción de las invenciones
convergentes, ¡qué asombrosa semejanza entre la obra artística del terri–
torio argentino y la de la fortaleza troyana, o de los Godos del Vístulal
(ver láminas XII y XIII
fig. 8
y 82) •
F!G. 81
FIG. 82
Urnas con cara humana dt
Pomuania.
Urnas androprosop:u dt T roya
(Hissarlicb).
He encontrado estricta analogía con el ejemplo que precede, en la
antropomorfización- de los felinos en el mundo clásico y el continente
nuevo. La invención egea de la Gorgona expande su área de irradia–
cion hacia Jonia, Sicilia
y
Etruria,
y
la divinidad felina del Pacífico
a lo largo de las c_ostas del Perú, Colombia, Méjico, y a través de su