FIG. 80
Tema
ornamto.uldt Mtlanuia (tn lanzas de bs islas Salomón) .
APÉNDICE
7.
PATRIMONIO ETNOGRAFICO AMERICANO
Como se ha visto, dependencia y convergencia pueden vivir una al
lado de la otra, sin incompatíbílídad alguna, a pesar de los teorizadores
intransigentes. No se necesita ser un Edipo para ver que, en la genera–
lidad de los hecqos, se completan recíproca,mente, en una acción coµiún.
Para la unidad de aspecto de las oiencias, añadíremos que, en toda otra
disciplina, se presenta al estudioso la misma antinomia: una corriente
de concordancias
(analogía
y otra de discordam:ias
(anomalia),
entre–
lazadas íntimamente yara ormar com ensaciones eurítm'cas.
No es nuestra fr'nalidad resol er antítesis, lo que, 1 menos en el
orden teórico, seria trabajo de Sísifo. legiremos, más bien, algún ejem–
plo concreto, para mostrar las mayores o menores dificultades que en
ciertos casos prácticos, presenta este asunto.
Veamos el caso del
bumerang.
Estai arma, que todos conocen como
característica de los Australianos (VI, tomo i i, pág. 49) se ha empleado
también en América: costas de California meridional, indios Pueblos,
peruanos (XI, p. 3
O
7) . Un hecho más inesperado es su presencia en
los pueblos mediterráneos de la antigüedad. La encontramos entre los
neolíticos de España, los Egipcios predinásticos (IV),
y
en Mesopo–
tamia (V).
¿Qué deduciremos de estos datos? El que considera únicamente el
factor geográfico, como lo presenta el mapa de distribución, postulará
la existencia de un centro asiático, puesto a igual distancia, entre Afri–
ca
y
Australia, el cual cumpliese la función de foco originario y de
difusión hacia Este
y
Occidente. (I, p. XIX) .
El propulsor de proyectiles redondos o guijarros, es abundante
entre los Americanos: Méjico, Mayas,
y
especialmente Perú. (VIL