ESQUELETOS ACÉFALOS
301
(XIII,
carta
29),
el procedimiento tintóreo que consiste en practi–
ticar nudos en determinados puntos o zonas de las fibras o telas, de tal
modo que estas tomen el color tan solamente en la superficie libre de los
nudos, lo que llega a producir gran variedad de dibujos. Al considerar
esta técnica llamada
ikatten,
débese convenir en que no se trata ya de una
" idea elemental", sino de una invención singularmente complicada, que
ha requerido para su· desarrollo una cantidad inmensa de experiencias y
perfeccionamientos industriales, y cuya repetición debe explicarse for–
zosamente con el factor genético
(aprendizaje, inmigración).
Finalmente nunca sabría llamar bastante la atención hacia todos
aquellos empleos de ·materiales macabros
(VII, 184
sg.), como ser res–
tos óseos de animales y hombres, cabezas desecadas, ornadas y pinta–
das y momificadas, ya sea de parientes como de enemigos, que se con–
servan en la habitación o en la aldea, cabelleras y demás trofeos, que son
originales del área inelanesia, y que se presentan en América hasta en
los países de organización política y artística más adelantada. Ya habla–
mos de las cabezas-trofeos del Perú, cuyo motivo domina en la cerámica,
en el tejido y el bajorrelieve. Se han mencionado también las cuarenta
cabezas mutiladas cu os cráne? s, conservados en el Museo Etnográfico
de la Facultad de Filosofia
')'I
Letras, atestiguan la presencia de prácticas
iguales en el territorio argen ino,
y
q e fueron desenterrados e
cemen–
terios relativamente recientes
(hispánicos) de
la
Quebrada de Huma–
huaca.
En cuanto a la conservación de cabezas, su significado, en los pue–
blos sedentarios, sufrió probablemente amplios cambios, como lo insi–
núa NORDENSKIOLD
(XVIII,
p.
485)
quien ve en su empleo la in–
fluencia de la magia metereológica; el hecho concreto es que no sola–
mente en el Perú, sino en una vasta zona sudamericana se encuentran
a menudo cuerpos sepultados que carecen
de cabeza . Por lo que concierne a la Ar–
gentina véanse los hallazgos acéfalos de
TEN KATE en los valles Calchaquí y de
AMBROSETTI y DEBENEDETTI en la que–
brada de Humahuaca
(XV, XVI).
Aún
hoy existen pueblos sudamericanos que
practican la desecación de cabezas, como
dijimos en la página
297
y como atesti–
gua un viajero que acaba de recorrer la
zona amazónica
(XVII ) .
Por otra parte,
en nuest ros museos no faltan muestras de
chancha
(otros escriben
tsantsa),
las ca-
F!G. 93
Cabcz;i
.stmimomiflcada del vallt dt Nazca