30
LA ESFINGE INDIANA
El tercer trabajo,
Huirakocba,
(tercero en orden ·cronológico) , est i
dedicado a la cuestión religiosa. Se desprende de él que el mito ameri–
cano de Huiracocha es una copia fiel de la concepción de Ea, el caos–
agua que fué para los Súmeros el creador de todo lo existente.
El cuarto escrito, publicado en Lima, tiene la ventaja de propor–
cionarnos un ensayo de interpretación étnica del problema, a base
d~
fantásticas etimologías. He aquí un ejemplo del rigor lógico de un argu–
mentación. Hay, dice Patrón, un nombre que anteriormente a los Incas.
indicó el territorio de la más antigua cultura peruana, Tahuantisuyo.
Que la aplicación de esta palabra fuera un hecho completamente local,
justificado por la lengua del país, no puede admitirlo el doctor Patrón,
ni un solo instante. Y es que en sánscrito
su
equivale a "hombre"
y
"reunión".
Ergo,
los Chinos,
y
más aún los antiguos Peruanos, repre c
sentan derivaciones de la vieja civilización de Mesopotamia.
Los lectores habrán notado qué estupenda confusión reina aquí en–
tre
lengua
sánscrita y
pueblo
chino, y entre el
sonido
y el
significado
de las palabras-. Verneau, en
L'Antbropologie
tiene sobrado buen juego
en contra del llamado método lingüístico del
escri~or
peruano. (8)
Fue a de los escritos de Patr&n, la correspondencia súmero-peruana
está sostenida también po Falb, quien asimHa el dios de° Tiabuanaco
con Oannes,
el
dios-pez de los Babilonios. (9 )
(8 )
" L'A nthr >pOlogie",
LV,
(190 4) ,
págs.
451 - 452;
recensión del trabaj0<
de Patrón, po
~Verneau,
(9 )
F:ALB,
Rudolf. -
Das Land der Inca,
L eii¡i;zig,
18 8'.3,
ver págs.
438 - 439.
L a cita es de P atrón, en
Huiracocha,
pág. 3 7. E n efecto Falb encuentra un vínculo
de dependencia entre Oannes y
el
peruano Huitacocba. Sin embargo la cita de P atrón
no dice toda la verdad. Me he tomado el trabajo de buscar
el
muy raro libro de Falb,
de lectura dificilísima, y al mismo tiempo inútil. pues se trata de una verdadera enci–
clopedia de barbaridades expuestas en forma doctrinaria. Falb sostiene que Chon (Chon–
titsi-H uira-kotscba, como él escribe) en la fo rma J fo an es idéntico a
Oannes
caldeo
y
a
Juan
evangelista .. .
Muy fácil resúltale comprobarlo : Puesto que
Chon
es
=
huan,
tenemos huan
=
Oannes
=
J ohannes.
¿Querernos otra prueba? Juan evangel ista tiene como símbolo
el
águila, y Chon
peruano t iene el cóndor, " el águila de América". Pero eso no es suficiente.
Cóndor
=
Chon
+
thur.
y
así lo pronuncian lM indios, habiéndose alterado el fonema al transcribirse al español.
Thur es componente común de
Huan-thuc, Man-thuc
(
;quivalentes el J.o en Aymará,
el 2.
0
en Quíchua a color rojo), mientras el afín
Mantaca
es en quíchua
=
cayo,
o
trueno. Ergo, Chonthuc
es igual a "ave del rayo",
Blitz-Vogel.
Portanco, el cetro que empuña la divinidad cenera!
~n
la puerta del Sol. y que
escá rematado por cabezas de cóndores,
'es
un verdadero
mantaca
(flecha del rayo)
de ese Dios. Después de ran penoso viaje, y tan brillan te resultado,
el
Autor exclama
con toda énfasis: "¡El águila de Júpiter en tierra americana! " .
"Der
Adler des Zeus in Amecikanischen Boden !".