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LA ESFINGE INDIANA
y
el barón Brett0n (
18
75) la primera población de América, por en–
contrarse allí fortificaciones escandin;ivas, y etimologías del Norte,
espe~
cialmente de los nombre's odínicos.
Walter Raleigh sostiene que ,los americanos proceden de inmigra–
ciones británicas. Hasta el inca Manco Capac, fué un filibustei?o inglés. ·
Con no menor abundancia de pruebas, especialmente filológicas,
fué demostrado que se trata de una inmigración de españoles. En efecto, -
Manco Capac es español, y su nombre procede de
"mango"
y
"capa".
Su sucesor, Sinchi Rocha, que es lo mismo que Roca, "porque la
h
no es letra", ostenta el apellído más antiguo de Cataluíja. Esto se lee
en el
Tratado
único
y
singular
de un abogado catalán nacido en An–
dalucía, el doctor don Andrés Rocha (
1681 ) •
Si esas pruebas no bas–
tan, hay otras (en toc;Io, asciendeJ a
ZOO).
Aquí va una de las más
convincentes. "Cuando el indio se admira, dice: ¡Ah!; y cuando se ríe:
¡ah! ¡ah!
j
ah 1; y cuando agarra uno a otro: aha, aha, aha, todo es–
pañol" ...
Sin embargo, celoso por la misión que asigna Rocha a los españo–
les, el
v~scófilo
argentino Fr. de Basaldúa, sostiene que la migración
pobladora de América no fué "genéri<ramente" española, sino "especí–
ficamente" escalduna¡ o vasca. Los Pirineos septentrionales, y no la
península
in toto,
san la patria erigina.ria de mayas, peruall!OS y chibchas..
He aquí el caso raro e interesante de un
urheimat
pellfectamente cír–
cunscripto, a raíz de la indagación filológica.
SEGlJNL)Q GRUPO: AFRICA -AMÉRICA
Durante el siglo XVI, la idea de que los indígenas americanos .pro–
cediesen de cartagineses, tuvo gran aceptación entre les eclesiásticos
y
cronistas, como el padre Mariana, el padre T orquemada y Alejo V e–
negas.
De la costa Atlántica de Afríca supone Hornius
(1652)
que salie–
ron, guiados por Atlas, las tribus semíticas que formaron la población
inicial de América. Eran éstas naturales de Asia (tierra de Canaán), de
donde las expulsó Josué al término del éxodo, pero durante largo tiem–
po, habían vivido en Africa, extendiéndose .desde Egipto hacia las Co–
lumnas.
Bernardino de Saint Pierre (
18
75) cree que ciertas tribus de piel
negra, señaladas en América, llegaron al continente (central y meridio–
nal) directamente de la costa de Africa.
Fuera de este autor, es evidente que el continente africano no ofre–
ció a los creadores de doctrinas migratorias más que una mínima parte