Table of Contents Table of Contents
Previous Page  83 / 142 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 83 / 142 Next Page
Page Background

·-- 79

"Ya amaneció. La luz se ha esparcido en el

cielo

y

en la tierra. Debe estar contento el

Creador. . Debería estar contento yo: pero

quebrantado tengo el corazón: una tristeza

tan grande, ay! ... bebo mis lágrimas al re–

cordar las penas de mi vida. Perdí a mi ama–

da,

y

no la puedo encontrar-: buscándola es–

toy tantos días: por su nombre la llamo y

nadie me contesta. Es en vano que ca1nine

por cumbres y quebradas, por ríos y lade–

ras. ¿Dónde estará, irisado picaflor que vas

volando por los cielos con tus alas de oro? ;

abre ya tu corazón, puedes acaso traer en

él oculta a 1ni

apaa

a. Oh, mujer, día acia-·

go en que te conoc'

y

te am:é: desde en–

tonces, desde entonees, cual un ebrio ca–

mino y cam·no tambaleándome, como dan–

do vueltas en tenebrosa noche".

Toda la producción erótica del inkano está

in1pregnada de una honda melancolía. En

Suriy-Surita, otro cantar pastoril, se subraya

lo que de fatalidad tiene el amor:

A mi corazón le ordeno

que no ame;

y

el pobrecillo contesta

que no puede.

L<?s cantares de amor ocupan primer lugar

en la

f

olk-lore ind.ígena. ¿Por qué, desde el

>tiempo remoto, se han conservado mejor