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El Inka comenzó a decir pausada1nen–
te;
-Nuestro padre .el Sol ha querido es–
ta tarde hacerme una revelación. El Apu
Ausankati me ha señalado la ruta de una
nueva conquista. Nuestro
padre el Sol
quiere que extenda-mos
nuestros do1ni–
nios hacia la región de los Yunkas, cerca
de la Grande Laguna. He
resuelto~
pues,
cumplir Ja voluntad de
lnti.
El Willaj Umu fué el primero en ha–
blar, después de dirigir al Inka su rendi–
d
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nuestro, tus
resonado en nuest as almas
com
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rada del Pwüre Sol. Más
allá de la región de los Kollas, que he–
n1os reducido; más ·allá del reino de los
Chinchas, que es
vasallo
vuestro, hay
otras
naciones
entregadas
a la idola–
tría, ignorantes aún de las verdades de
que somos depositarios.
Deber nuestro
es, pues,
atraerlas a la
comunidad de
nuestra religión.
Cuando concluyó su discurso el Sumo
Sacerdote, el Gran C.apilán.
Kapaj Yu–
panki, tío del Inka, habló de esta manera:
---Señor Unico, tus ejércitos van a re–
cibir la noticia de esta
nueva empresa
guerrera con enorme júbilo. Bien sabes