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. HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN PERUANA

35'

levantamiento paulatino de la Cordillera de los Andes-mar in–

terior de que son testigos los lagos de Titicaca y Aullaga-, aquel

ter_ritorio encerraba los argumentos de fertilidad más o menos su–

blimados por la acción del tiempo, que -el disolverse de ingentes

masas de aguas marinas, pobladas por infinidad de peces, confió

al terreno.

Los sedimentos aquéllos, que en la cabecera meridional del

abra tomaron el aspecto de cloruros sódicos y potásicos, tomaron,

' en la septentrional, el de una fertilidad latente, útil a la agricul–

tura, para tomar por fin, en la subhoya de Tarapacá, el aspecto

del

caliche,

punto de partida de]

salitre

ind:ustrial moderno.

En los campos que labraría

1

la raza con una

sapiencia agríco–

la

heredada, sin duda, de razas atlánticas y aún

ultraatlánticas,

ella aclimataría la

cañagua,

la

quinua

y la

patata,

esencias que

no habrían podido prosperar, en las alturas de que tratamos, en

localidades diferentes, no preparadas de antemano por la inter–

vención

qitÍ?nica

de la aturaleza.

El surtidor de hombPes

y

de civilizaciones que acabó por for–

marse dentro del abra fecundada por el esfuerzo de la raza, al

buscar nivel para sus elementos activos, padres de los futuros

aillos, 1nitmas mitayos, mitimaes,

o trashumantes, emisarios de la

vida agrícola y civil de Tiahuanaco, no hizo sino seguir el rumbo

que con

el

fluir de sus aguas le marcaban los ríos que se des–

prenden de los ventisqueros c?mprendidos en el ro.arco monta–

ñoso que encuadra a la hoya misma.

Ampara a la comarca comprendida en el abra contra las bri–

~as

cortantes de la

puna,

rumbo a Oriente, la Cordillera Real de

Bolivia con la noble teoría de sus nevados, y rumbo a Occidente,

la Cordillera Marítima del Perú con la serie de sus cumbres, a

tiempo que la ponen a cubierto de una posible incursión de ene–

migos las lagunas de Titicaca y de Poopó y el

despoblado

de .Au–

Jla.ga

~,

al Norte y Sur, respectivamente.

La acci6n protocollagua se dejó sentir, rumbo al Oeste, en

son de expansión normal, y rumbo al Sur, en son de conquista,

por convenirlc a la nacionalidad en formación el apoderarse de