HISTORIA ·DE LA CIVILIZACIÓN
PERUANA
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creída trimúrtica, el valor de "los cien,. o los muchos, o los innu–
merable~
antepasados", de una provincia mayor, como lo :fué la
comprendida entre la provincia incaica de Lima y la de Chincha.
Acoplada .a
pachac
en el sentido de tierra, o espacio, nos da
la acepción: los progenitores de la tierra, o los de una vasta ex–
tensión de tierras.
En W
iracocha
nosotros distinguimos los siguientes elementos
lingüísticos y rituales:
cocha,
que expresa chareo, o laguna, y
wira,
que expresa : grasa, o parte cebosa de la carne, lo cual da
para su ehtero el valor de
charco de grasa.
Por "charco de grasa"- se ha de entender, dentro del jirón y
de las posibilidades de los antiguos
ccuchus,
o sacrificios, el for–
mado por la ustión de las carnes de las reses
(lamos
y
cuís)
que–
mados al pie de los dichosos Kontatas, o camacs o antepasados, o
fundadores de estirpes andinas por obra de sus lejanos descen–
dientes, bajo la forma de grasa líquida y humeante.
En esta forma-deehqos-caemos . dentro ·de la órbita y de
las posibilidades de lo antiguos
ccuchus ).
trasunto de los holocaus–
tos practicados por la-s humanidades todas en la etapa primera de
la formación de sus religiones.
Para el entendimiento del hombre primitivo
~s
grato al ol–
fato de la Divinidad-y para el sacerdocio que hace sus veces so–
bre la tierra-la fragancia de las carnes, palpitantes, quemadas
al fuego de las aras.
Su humo grasoso asciende al cielo como una ofrenda percep–
tible a los sentidos.
El constituye la primera ofrenda de una humanidad lo bas–
tante progredida para practicar las artes de la caza
y
del pas–
tore.o.
La divinidad eoncedió a sus ir1:dividuos las piezas de cetrería
y
de ganadería que aseguran su sustento,
y
nada más justo que
dedicarle, por mano del sacerdote, cierto número de ellas.
El holocausto-que en sí expresa ustión de carnes-de una
hun1anidad ingenua co1no la andina, que no alcanza aún la idea
de un Ser Superior, puro espíritu, se dirige buenamente a los