HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN
PERUANA
309
Síguense años y lustros de una situación anormal, llena de
incertidumbres en lo político y en lo religioso, hasta que un grupo
que la leyenda encarna en Manco Capac, venido posiblemente de
tierras de Moquegua y Tacna, se propone expatriarse del Collao
e ir en busca de mejor acomodo para sus nuevos postulados reli–
giosos, civiles y agrícolas.
Síguese de ello la fundación del Cuzco, la del Imperio de
los Cuatro Suyos, y la implantación de la religión del Sol, en ca–
' lidad de
religión del estado,
paralela, ya lo hemos dicho) del culto
ancestral de los antepasados.
Estos, llamados Kontatas (los
Sentados;
o sean las momias
sentadas)
en el Collao, pasan a llamarse
Huáñitcs,
o sea buena–
mente los Muertos, y con ello el nombre de la antigua urbe de
los Muertos Sentados, conviértese, tr.aducido a la
ru.nasimi,
en Tia–
Huañucs, para convertirse más tarde en Tiahuanaco.
En el ameno valle del Guatanay
la
religión
del estado,
in–
fluída por el ambi e
e
i
~ño
que
l~
rodea, humanízase
y
tórnase
risueña y poética.
En llora:r
(hu c<ty, )
e los Collaguas pasa a ser el
muchay
(besar) de los
Qu~e:
ua:s.
Háblannos los historiadores y los críticos de una
trimurtis,
esto es de una a modo de
trilogía deística,
encarnada en los mitos
de
Kon, Ticsi
y
Wiracocha,
de los andinos.
Otros nos hablan de un cuarto personaje deístico:
Pachacamac.
A la cuenta de los primeros, el pensamiento religioso andino
habría conocido
tres
etapas, y de consiguiente
tres
personifica–
ciones deísticas:
Kon, Ticsi
y
Wiracocha.
A la de los segundos,
cuat1·0,
a saber:
Kon, Ticsi, Wiracocha
y
Pachacamac.
Haciendo abstracción del culto -
antes
sensación
qué
culto
propiarnente dicho
-
de la Naturaleza, dejamos expresado, por
parte nuestra que
dos
fueron aquellas etapas, cristalizadas, según
está dicho, en el
culto
de
los antepasados
y en
la religión del Sol.
Una crítica ilustrada, conocedora ante todo del espíritu de
las lenguas andinas-la aimara y la quechua-condición que no