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HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN
PERUANA
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Según nuestro entender · la civilización de que Tiahuanaco
:fué centro litúrgico
y
cultural no fué ni espontáneo, ni indígena,
e:n
el sentido de haber sido concebida
y
elevada a potencia en el
lugar en que se manifestó su acción .continental.
Según nuestro entender ella no fué la obra
ca~ual,
limitada,
y forzosamente efímera, de un puñado de hombres de ignota pro–
cedencia, cuya actuación resulta inexplicable si omitimos
rel~cio
narla con un abolengo cultural más caracterizado.
Según nuestro entender ella no pudo ser ajena al movimiento
civilizador
universal
que todo lo fecundó a su paso desde las ori–
llas del mar de la China ·hasta las márgenes de la
mamacocha
de
los
Incas.
Segúf.t nuestro entender ella fué concebida a no menos de
mil millas geográficas de distancia de la meseta andina en que
se manifestaron sus efectos; queremos decir en la extremidad de
un continente americano más extenso hacia Oríente que el de
nuestros días, del c.uarl
puede
que dependiese la
d~saparecida
Atlántida,
y
dió
SlllS
primeros frutos en los momentos en que; con
germinación sincrónica. ..da;ban· los suyos propios las civilizaciones
asiática, africana
y
eu:ropea.
Nacida, según dejamos insinuado
7 -
a orillas del Atlántico, po–
siblemente a la altura de la isla de Fernando de Noronha, si
es~
que no a la de las islas de San Pablo, Asunción y Martín Vaz,
residuos posibles de la legendaria Atlántida, la misma se replegó
violentamente tierras adentro, cuando los· cataclismos que amaga–
ron al ·primitivo continente americano, provocados por el hundi–
miento de la corteza terrestre oriental, provocado a su vez por el
paulatino levantamiento de la cordillera de los Andes en Occi–
dente, obligaron a las humanidades primordiales americanas a
huir de Oriente a Occidente, iniciando en tal forma una migra–
ción milenaria de razas, de estirpes y de culturas cuya etapa fué
Tiahuanaco, por lo que concierne a la raza que de
embriocollagua
atlántica,
pasó a llamarse
protocoliagua
en su debida sazón, para
serlo, sucesivamente Hattun Colla y el Cuzco.
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