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R. CÚNEO - VIDAL

indios tenían por las cosas del Cuzco, aun tratándose de cosas me–

nudas, que si dos se topaban en un camino, el uno que viniese del

lado del Cuzco

y

el otro que viniese en sentido contrario, éste ce–

día la calzada a aquél, venerando en esa forma lo que pudiese

traer en su persona del ambiente de la ciudad imperial."

La llegada de las caravanas venidas de los cuatro confines

del imperio a los

ceques

que formaron una a modo de circunvala–

ción sagrada y emocional en derredor de la urbe, ha debido coin–

cidir con ]a celebración de los

raimis

y festividades más solemnes

del año incaico, cuya descripción nos ha conservado Polo de On–

degardo.

Las turbas que tomaron parte-de aquellas peregrinaciones na–

cionales no han debido ser admitidas en el recinto de la urbe im–

perial, sino después de que hubieron saciado las hambres y las

sedes de sus largas travesías.

Venidas, aquéllas, de los cuatro confines del imperio, por los

, caminos por los cuales los cuatro

suyos

clásicos se comunicaron

con la ciudad imperial, ellos, en cuyo sentir repercutían las cos–

tumbres y las idealidades de la montaña, de la

¡>una,

del lago

y

de

la costa, veíanse reunidas en un ambiente de indecible abundan–

cia

y

regocijo; en una suerte de

crisol convivial

de las aptitudes

nacionales, en que, del mutuo tratarse, nación con nación, raza

1

con raza,

aillo

con

aillo,

e individuo con individuo, nacería la com-

penetración de las almas y de los caracteres, camino de un

estan–

darte

de nacionalidad venidera.

Lográbase en tal forma el objeto para el cual fueron idea–

das las

ja1tjas periianas.

Orejones de los cuatro barrios privilegiados de la ciudad, y

simples regnícolas procedentes de los cuatro confines del imperio,

vivientes y difuntos, entendiéndose por éstos últimos las momias

tutelares de las diferentes colectividades aillales allí congrega¿Ias,

fraternizaban en el valle de los sabrosos ágapes y de las libacio–

nes sin cuenta.

Las fuentes de sabrosos potajes, fuertemente condimentados

con

ají, los

qqueros

colmados de embriagadora

chicha;

eran

pre-