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R. CÚNEO - VIDAL
Llegada a su término la
misión
civilizadora de Tiahuanaco,
por caducidad de sus resortes civiles y religiosos-contingencia a
que están sujetos los siste1nas mejor
organizados~,
fueron los ai–
llos establecidos en las tierras ribereñas del lago sagrado, situa–
das
aquende el río Desaguadero,
y los establecidos en sus depen–
dencias costeñas, escalonadas entre Moqueda
y
Ooquimbo,
las que
en un ímpetu de rebelión incontenible se encargaron de invadir
su territorio, arrasar sus muros, quebrar sus adoratorios, depor–
tar su población
na~iva
y trasladar, por último, a sus propias tie–
rras las momias tutelares de la nacionalidad vencida, de que ellos
fueron
sullcos
o segundones; momias que, reunidas en mudo y so–
lemne. cónclave, reinaron por el pasado en el hipogeo famoso de
Puma Punco.
Debido a ello el
culto de los antepasados,
que algunos confun–
den con un titulado
culto de Kon,
quedó relegado a segundo lu–
gar, y el
culto del Sol,
preconizado por la confederación vence–
dora en aquel fi ro co li to, pasó a ocupar el primero.
Con ello, el
nort
cultural que por el pasado irradió en Tia–
huanaco, en tierra situadas
ali&nde el Desaguadero,
declinó hacia
H'attun Colla
y
Pauc.arColla, en tierras situadas
aquende el
Desaguadero
y la civilización que de ello se derivó . hízose de
alto–
peruana
o como hoy diríamos boliviana,
bajoperuana,
para hacer–
se sucesivamente
ciizqueña
o como diríamos
peruana,
o nacionalis–
ta por excelencia.
De aquel momento inicial de la historia de nuestra nación, en–
vuelto en brumas que a una severa crítica le corresponde disipar,
se apoderó el
folklore
en la forma consabida, para hacer salir a la
divina pareja de Manco y Mama Ocllo, hermanos e incestuosa–
mente esposos, de la isla de Titicaca, para ir a fundar, por sí y
ante sí, y mediante su limitado esfuerzo individual-¡ como si ello
fuese posible !-la civilización cuzqueña.
Tan cierto es que la tradición estimó insuficiente para tama–
ña empresa las fuerzas . de los míticos personajes aquellos, que
buen cuidado tuvo de elevar a
rnayor potencia,
o como quien dice
a
potencia de "mito",
su limitada personalidad, haciendo de Man-