CAPITULO XVI
LA INSTITUCIÓN CURACAL
Está dicho en capítulos precedentes que el
aillo
fué gober–
nado por un
hilaoata
o hermano mayor; el grupo de aillos por un
curaca,
y el grupo de euracatos (menores) por un
curaca grande,
el cual tomó para sí, como ocurrió en Hattun Colla, Chucuito y
el Chimu, el título d@.
inga,
siempre que concurriese en él la ca–
lidad de
orejón,
por correr en sus venas sangre de
pallas
proce–
dentes del Cuzco.
Entá dicho de igual modo que en la primitivísima sociedad
peruana la
familia,
·punto de partida del aillo, fué gobernada por
la
?nadre,
el aillo por la
hermana mayor
y el conjunto de aillos
por
la hermana mayor de las hermanas mayores,
esta última con
el título de
culla.ca.Entre quechuas y collaguas, de consiguiente, el curacato fe–
menino fué anterior al masculino, y ello en los albores de la his–
toria de América.
Aquéllo constituyó un fenómeno demasiado allegado a la fi–
siología de las sociedades en formación para no repercutir, como
ocu)'.'rió dentro de circunstancias determinadas, en el seno de la
sociedad americana.
Cuando el .curacato peruano pasó de manos femeninas a mas-