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R. CÚNEO - VIDAL
El muro que los Collas no supieron defender continúa cru–
zando de nevado a nevado la fría estepa de Ayaviri.
Se le conoce con el nombre de
la
R
1
aya,
debido a que en él
colindan los departamentos de Puno y Cuzco.
El muro de Ayaviri debería continuar dividiendo a gentes de
habla quechua y de habla
aimana,
mas ocurrió que la conquista
cuzqueña, comparable a una avalancha niveladora de las aspere–
zas del camino, tuvo por r·esultado remover aquel lindero colocado
entre ambos idiomas y abrir un campo
~ás
vasto a la acción
de la
runasimi.
En Bolivia se da el nombre de
paredones
a los muros divi–
sorios de
suyos
y de
marcas
de la índole del muro descrito por
Lizárraga.
·
En el valle de Lima los tales paredones son frecuentes y son
utilizados para deslindar heredades.
Uno de tales, cubierto a mitad por las arenas del llano en que
está construído, pasa al Norte de Ancón, · en son de dividir el
valle de igual nombre- en dos secciones, de las cuales la una co–
rrespondió a los Chancas de Chancay y la otra a los Huaylas de
Carabayllo.
Lo reconocimos en 1915, en compañía de los profesores Hrdli–
cka y Wiesse.