EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
75
Después de esta segunda arremetida pel·ea–
ron más de dos horas largas, s'in que se recono–
ciese ventaja alguna. Mas de allí adelante em:pe–
zaron .a flaquear los
chancas,
porque a todas ho–
ras sentían entrar nueva .gente -en 1a batalla; y
fué que los que.:se iban huy·endo de la ciudad
y
los
vecinos ·de los pueblos comarcanos a ·ella, sabiendo
que el príncipe Viracocha Inca había vuelto a de..
fensa de la casa del sol, juntándose de cincuenta
en cinc-uenta
Y·
de ciento en ciento,
y
más
y
m·e–
nós como acertaban ·a haHarse, iban a morir con--
.•e1 príncipe; y viendo la pelea trabada, entraban
en ella dando
gran~ísimos
alaridos, haciendo más
1ruid-0 de lo · que. era la 1gente. Por estos nuevos
socorros -desconfiaron los
·chancas
de 1a victoria,
entendiendo .que ·eran de
mucha~
más gente, y así
pelearon de allí adelante más por
mor.irque por
vencer. Los neas, como gente que .e taba hecha a
engrandecer us 10c os con rá!bu1as
y
testimonios·
falsos que leva:ntt iban al .sol, viendo tantas soco-
. 1rros -aunque tan pequeños, ·quisieron no · perder.
esta ocasión, sino valers·e de ella con la 'buena in–
dustria que para s-em·ejanit:es cosas tenían. Die–
ron grandes voces diciendo .que las· piedras
y
las
matas de aquellos campos se convertían ·en .hom–
bres y venían a pelear en s·ervicio del príncipe,
porque ·el sol y el dios Viracocha lo mandaba así.
Los
chancas,
como gente creedera de fábulas, des–
ma'Yaron mucho con esta novela,
y
·ella se impri–
mió entonces
y
después en la gente común
y
sim–
ple de todo aquel reino.
XLII.
Fin de la batalla
y
nombre que se dió al lugar
-
.
de eHa.
1
.
Los Incas viendo enflaquecer
~.o:s
·enemigos·,
apellidando todos el nombre de su rtío ·la fantasma