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La Comisión de Replanteo del Ferro–
carril a Bolivia, allá por el año <!e 1904,
quiso contribuir al progreso edilicio del
pueblo
y
transformó la plaza, que hasta
entonces no era otra cosa que un pastizal
informe, en pequeños jardines, que hubo
que alambrar, a despecho de los burros
sin dueño que durante las horas de la
noche acostumbraban pacer tranquila–
mente en ese sitio.
Las niñas humahuaquenses, se encar–
garon del cultivo de las flores
y
desde en–
tonces, las simpáticas jardineras, concu–
rrían por las tardes "a la plaza", muni–
das de pequeñas herramientas para el
mejor desempeño de su cometido.
La calle principal, es angosta como las
de todas esas poblaciones,
y
en ella se
realizaban las fiestas populares, incluso
las procesiones religiosas que recorrían
el pueblo.
El comercio, casi la mitad en poder
de árabes
y
de turcos, es de relativa im–
portancia. Algunos capitales no desprecia-