S N LUCAS, VIII.
¿
Camisasa yatipj aha quitisa
1lamqtama?
46
J esusasty sigua : Qui–
tisa llamqtitu, cunalaico na–
yata virtud mistugua.
47
Guarmisty aca isapausin,
J_es usa~
cayuparo .k?nkorta–
s1spa, stgua ucanqmrmacaro;
nayaja J esusa llamqtta usuata
kollatañaqui ; hichasty kolla–
tatgua.
48
J esusasty sigua, lulu,
fe-mawa quespeitama,
sár–
gama.
49
Hani arusiña tucuica–
nati, cunapacha maya baque
synagogan principeparo huti
yatihiri guagapan hiwatapa,
hani sarañapataqui.
50
J
esusasty hisapaspa,
guaguan
A
uquiparo sigua :
Rani hagsaramti,cbuimamana
eau-sama, guaguamaja gua–
liptanigua.
51
Utaparo purispa man–
tana
Pedrompi, Diogompi,
Juanarnpi, Guaguan Auqui–
pampi, taicapampi.
52
Ucana taquewa ha–
~hasipcana;
Jesusasty sigua:
Hani hachapjamti, haniwa
hiwquiti, iquisquigua.
53
Hiwatapa yatirinacasty,
larusipjegua.
54
Ucapacha Jesusaja
am–
parapata catuspa sigua ; gua–
gua sártama.
55
UGapaeha
hacatati,
y
dices:
¿
Qui ' n me ha to–
cado?
46 Y
dixo Je us: Alguno
me ha tocado : porque yo h
conocido, que
ha
salido
vir
ud
de
mí.
47
Quando la muger se
vió así descubierta, vino tem–
blando, y se postró / sus pies:
y
declaró delan te de todo el
pueblo
la
causa, por
qu l
le
babia tbcado :
y
como babia
sido luego sanada.
48 Y
él
le
di
o:
Hija, tu
fé
te ha sanado : vete en paz.
49
A
un no había acabado
de hablar, quando vino uno
al príncipe de la synagoga,
y le dixo : Muerta es tu hij a,
no le molestes.
50
Mas Jesus, quando esto
oyó, di xo
al
padre
de la
mu–
chacha : No temas, cree tan
solamente,
y
será sana.
51
Y
quando
llegó á la
casa, no dexó entrar consig·o
á
ninguno, sino
á
Pedro,
y
á
Sal,ltiago,
y
á
Juan, y al pa–
dre
y
á
la madre de la mu–
chacha.
52
Y
todos lloraban y
la.
plañían.
Y él
dixo : No
llo–
reis;
no
es muerta la
mu–
chacha, sino que duerme.
53
Y
se le burlaban, sa–
biendo que era muerta.
54 Mas él la tomó por la
mano,
y
dixo en alta voz:
Muchacha, levántate.
55
Y
volvió el espíritu
á.