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HORAClO H. URTEAGA

cidente geográfico o al poblado. Otra deducción que se im–

pone, observando atentamente la característica de estos lu–

gares del altiplano, es la dirección que desde antiguo siguie–

ron las inmigraciones, aparte de los relatos tradicionales que

concuerdan todos en este punto ( 7 ) , la dirección de las re–

giones habitadas de las poblaciones establecidas, y de las

ruinas de los pucaras, comprueban el aserto, todas marcan

el trazo de una corriente inmigratoria, venida del sur. La

posición de las fortal ezas y muros,

revelan que éstos y

aquellas se elevaban para defenderse de gentes venidas del

sur y no del norte, de gentes que trataban de apoderarse de

regiones más fértiles, como son las que se suceden desde las

mesetas del Titicaca por los valles ricos, primero del Vil–

canota, y después del Urubamba y del Apurimac.

Cieza nos cuenta que en el tiempo que recorría estas

regiones, probablemente entre 1545 a 1548, (8) se conservaba

memoria de la grandeza de Chucuito, gran provincia " de

lo más antiguo de todo lo que se ha escrito a la cuenta que

los mismos

indios dan ",

región que antes que fuese se–

ñoreada por los Ii.cas, pudieron mucho los señores de este

pueblo, de los cuales cuentan dos por los más principales,

Cari y Yumalla ". Las magníficas comarcas de esta región

occidental del Titicaca, ostentaban ya muy viejas ciuda-–

des. Cieza las nombra Xuli, Chilane, Acos, Pomata, Cepi–

ta, que responden a las actuales Juli, llave, Pomata y .Ze–

pita,

de filiación aimara y no kechua ( 9 ) . Los

pue–

blos de esta región de raza colla, atestiguan

la perma–

nencia de esta raza en el altiplano ·desde remota época, que

llegó como una avalancha devastadora sobre viejas domi–

naciones que destruyeron primero y extinguieron después,

hasta el extremo de perder el recuerdo de los hechos ocu–

rridos con la raza vencida, no saber dar cuenta de los ras-

(7) .-Cieza de León,

Señorío de

los Incas,

cap. IV. Montesinos,

Memorias Historiales.

XIII,

p.

75,

y

c. XXII,

p.

129.

(8) .- Léase la pa·rte final de

la

Crónica,

c. CXXI, donde Cie–

za declara haber terminado

el relato de su larga

excursión en Los

Reyes, año de 1550.

(9) .- Manuel A. Quiroga.

Bosquejo de

los ni,sgos históricos de

uno de los pueblos cultos de

la.

América del Sur: Pueblo ainw.ra.- "

El

Ariete ".-Arequipa. 1910, Nos. 56 y 57.