![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0182.jpg)
134
HORACIO H. URTEAGA
poco después, siguiendo, como las primeras, la ruta del Occi–
dente, y cuyos restos
quedan todavia visibles en la isla de
Pascuas, a 2,500 millas de la costa de Chile, isla que conser–
va todavía los monumentos de piedra del mismo estilo que los
de Tiahuanaco, y cuyos
ídolos monolíticos manifiestan que
era el mismo pensamiento religioso el que animaba a los
artistas que los esculpían ( 5 ) . Tentados por la exhuberan–
cia de territorios riquísimos, principiaron a iniciar luchas
terriples disputándosse palmo a palmo el terreno que habían
menester para apacentar sus ganados primero y para culti–
var los
frutos
de la tierra, después. Oscuras tradiciones
contaban todavía
en los tiempos de Cieza
las
rivalidad~s
cruentas de las razas de Collas y la dominación, después de
luchas terribles, de Cari y de Zapana; pero estos capitanes
de los Collas aparecen todavía en la tradición como muy
posteriores a más remotas dominaciones, supuesto que los
indios contaron a Cieza que " cuando estos antiguos jefes
lucharon con los indios del Collao, tuvieron que conquistar
cho entonces, difiere nuestro modo de pensar de esa época a la actual,
en la preponderancia que enton ces dábamos a
las corrientes de inmi–
gración del Norte, que no eje1·cieron
influencia en
las antiquísimas
culturas desarrolladas en la sierra del sur del Perú, ni
impidieron
la expansión de los kechuas, primero,
y
de los collas, después.
(3) .-La altura es otro factor poderoso en la evolución de la len–
gua;
así como aquella crece sobre el nivel del mar, vemos que
las
consonantes se multiplican
y
los sonidos son más ásperos
y
explosivos.
En la costa predominan las vocales,
y
en las regiones andinas las con–
sonantes explosivas.
El sonido no está en r elación necesaria con la
idea, pues los sonidos ásperos expresan tdeas sencillas
y,
al contrario,
las simples
ideas aterrádoras.
Barranca.
Lingüística
Pe1-uana.–
Raíces Kechuas.
Boletín de la Sociedad Geográfica,
T. XXXI;
trim. 1,
pág. 8.
( 4 ).-Véase
El Pe,·ú primitivo
y
los descub1·imientos en la isla
de Pascuas
.
El
.f'.3nÍ.
BOCETOS HISTÓRICOS por H. H. URTEAGA, pági–
nas 303 - 308.
(5).-Véase los diligentes trabajos del doctor L. Villar
Lexicolo–
gía Keshua--Uirakocha,
1887,, del doctor
Patrón.- Huirakocha.
Bue–
nos Aire:;, 1901,
y
el estudio de mi inteligente amigo Luis E. Valcár–
cel
J{on, Pachacamac
y
Uirakocha,
sin aceptar en este último la ex–
plicación del concepto del Pachacamac de. los yungas. Véase nuestro
estudio,
El fetichismo
de
los yungas y los huacos simbólicos de Nazca
y del Chimú.
Boletín de la Sociedad Geográfica. T.
XXXII,
trimestre
II
y
111, páginas 165 - 182.