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más y más á vuestros fieles, y corroborarloc:,
para que no peligrasen en el inminente riesgo
de la persecución! yo os
u ¡;lico, me alcazeis,
de la divina Magestad aquel amor y zelo de
que negligente y descuidado carezco, y que de–
bía tener, p.:\ra impedir con todo esfuerzo el
mal de los de mi encargo, y procurarles con
todasolicitud el bien; con que cumplidas
tod~s
las obligrciones de cristianos, llevemos una
conducta que nos prepare para nuestra salva –
ción eterna. Amén.
Diránse los
tres
Padrenuestros
y tres
Avemarías
con un
Glortaj>atri,
y
s~
hará lo mismo que el
pt
imer dia
prosiguiendo así en todos.
y
concluyendo con la oración
O esperanza,
etc. á que se seguirá la conmemoración
del santo
DIA TERCERO.
Señor mío Jesucristo, etc.
Esclarecido obispo, etc. como en la pág.
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M~DIT'ACION
Sobre los ejercicios del santo Blas en la cueva del
monte Argeo.
Considérese, que en aquel áspero retiro he–
roicamente SQiitario, se ejercitaba en muy fre–
cuente oración, ayunos, mortificaciones y pe
nitencias, con que desahogaba los deseos en
que ardía su espíritu de padecer, ensayándose
ya para morir y como probando con especial
~usto
á sorber el cáliz del martirio, que como
á
ministro de Jesucristo lo estaba rreparado.
¡Oh
ne~ligencia
deplorable la de los hombres!