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MnDITACION
Sobre el amor d e sus O\·ejas
y
el zelo en el desem–
l'io de su encargo, que mostró el santo Blas, retirándose
al monte Argeo.
Considérese , que siendo especial gloria suya
hacer frent e á la persecució n sangrienta, hasta
perder bre vemente la vida, como amante padre
y zeloso pastor, se dilata aquella gloria, por
a.;istir con santo y profundo arbitrio retirado
á
la debida instrucción de su s fi eles,desempeñar–
se de sns o bliga ciones, c0mo pastor y ' padre.
Oh qué ens f" ñ a nza! o h amo !" para el bien de to –
do aquello á que el propio encargo obliga,
y
el
zelo en utilidad de cuanto la obligación encar–
ga, deben ll ev a t se muy á lf! vista. No le basta
a l padre, al tllarid o, al maestro, a l
~'rincipe,
al
prelado, sf" r e n sí buen o s cristian ps, si descui –
dado, po r la f al ta del amo r
y
negligentes por
la f alta de zelo, no procura n el bien
y
utilidad
de los de su encargo. De es te se ha de dar es
trecha cuenta : ¿de qué les servirá haberse po·
dido s alvar, por ser buen os en sí, siendo negli –
gentes y desc uidados en lo de su obligación?
Procúre se pués el debido zelo
y
amor,
á
imita–
ción del santo Bias.
Ejercicio vocal
¡Oh amantísimo padre
y
zeloso pastor san
Bias , cuyo amor y ze lo por el bien
y
utilidad de
vuestros encomendados fue tan poderoso, que
no osbtante el incendio con
que
ardía \'uestro
espíritu, deseoso de dar la vida por Cristo, l o
dilatasteis retirado al desierto, por solo instruir