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Fácilmente se verá par la declinación del nombre, que
las terminaciones de los casos oblicuos del singular se posponen
y en
el
plural. no al nombre, sino al signo de pluralidad
naca,
con quien viene a formar un solo nombre, y como tal se decli–
na posponiéndol e las terminaciones
na, taqui, etc.
Y esto se veri–
fi ca en todos los nombres. ya acaben en
a,
como
pampa,
en
e,
como
leke,
en
i,
como
auqui,
en
o,
como
hanko,
en
u,
como
ya–
pu:
A las cuales se añaden las partículas mismas que al nom–
bre
auqui.
Solamente es de notar que el acusativo termina en
ru
cuando expresa movimiento y algunas otras veces como se di–
rá. Al vocativo se añade
una y
aunque acabe en
i,
como
au–
qui,
el
nominativo, si bien se cambia en
ey,
como
auquey,
en al
gunas provincias, que en la de La Paz, indicaría posesión: v. g.
auqumacay,
mis padres.
CAPITULO TERCERO·
Del nombre adjetivo.
Adj etivo es una palabra que se junta al nombre sustanti–
vo, ya para calificarle, ya para determinarle en alguna manera.
De consiguiente puede ser de dos clases:
cali/icativo y
determinativo.
El calificativo expresa las cualidades o accidentes del nombre
omodo de ser. El determinativo explica una relación de número,
distancia, extensión, cantidad, ele .
El adjetivo en aimara cuando acompaña al nombre u ·otra
palabra que haga oficio de nombre, no se declina, permanece
invariable; y cuando en los animales fuere men ester declarar
si es macho o hembra, no se declara con el adj etivo, sino con
decir
orko
si es macho. y
kachu
si es hembra; como: orko pu–
ma - león, kachu puma- leona, y así en todos los animales irra
cionales, anteponiendo orko a los machos y kachu a las hem–
bras, cuando por otra vía no se pudiere entender.
Al varón
llaman
chacha
y a la mujer
warm.i,
y así diremos,
sinti cha–
cha,
varón fuerte;
sinti warmi
muj er fuerte.
Y cuando haya
necesidad de diferenciarlos. diremos:
imilla- wawa,
si es hem-