PRÓLOGO DEL AUTOR
Sobre el <lrama
Ol/antay
se ha e crito mucho
y
pot' demás, ya acerca
<le su antigLi.edad, ya acerca de su autenticidad. No e propio de un
imple traductor, engolfar e en un piélag·o tan horra coso con peligTo
ele naufra.gar, pudiendo de de la playa contemplar a satisfacción toda
la e cena que pa
!1!.
1\ias no por e ' o
debe estar mano sobre mano
in prestar u
ayu~la,
los que Ye estar ya en pt'Ll;J.to de perder e en
medio de las encre ·pa
ola
le e te mar.
El filólog·o que trata< lid ion{!, de lo ·rnc11; sin e I\Oéer a.fopdo la
regla ele la gramática hehr a queda en la mitad del camino, porque
la lengua hebrea
s
dame.oto de todas,
e uele tle preciar e
por lo mi mo que no es conocida.
u el e tudi de dicha lengua e
donde yo aprendí a cono<: r el
i~lioma
kjéchua, no solamente porque
u raíce
on hebrea¡;
ino porque toda ella e tá construída sobre
sus regla y su alfabeto. La lengua kjéchua no po ee ni una sola letra
que no se refiera a la
letra hebreas¡ y por eso ele aquí yo comprendí
u verdadero valor, su composición,
u , ignificación, y en fin, el
defecto de us radicales en la formación ele
u~;~
nombres y verbos,
hallando además muchas palabras, cuya
ignificación no e podría
jamás obtener sin recurrir a esa fuente de donde salieron todas las
lenguas que se hablan sobre la faz de la tierra. Por la precisión del
alfabeto que va al frente del diccionario hebreo kjécbua se com–
prueba esta verdad y aun mucho más por el diccionario que le sig·ue
y que
ptl
e ele intento a e ta traducción como tma pichana-escoba
para barrer, borrar o e pnrg·ar cuanto se IJa dicho o e crito obre el
Ollcbnta.y
por per ona
poco.prácticas de la lengua y aun por lo que
muy bien la sabían hablar; pero no
mtty
versados en los principios