Bo
EL AYLLU
que la antigua forma convivencia! de los
aymaras era el salvajismo completo. Así,
Cieza de León, por ejemplo, nos dice, ha–
blando de los primitivos pobladores del Co–
Ilao,
«
que los antiguos moradores vivían
hechos salvajes,
sin
tener casas ni otras
moradas que cuevas de las muchas que
vemos y riscos y peñascos de donde salían
á comer de lo que hallaban en los cam–
pos
1
)>.
Renv
este modo de ver el orígen de
los pueblos de la hoya del Titicaca es pro–
pio déJ e:rlter..To convencional, á partir de
Aristóteles, que se ha tenido de los grados
de desensolvimiento social: salvajismo, bar–
barie y civilización.
Al lado de la organización del imperio
peruano, existía una porción de tribus salva–
jes disgregadas, en plena degradación social,
que fueron sucesivamente incorporadas por
1.
Crónica del Perú,
IV, pág.
2.