![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0231.jpg)
DE LA LENGUA AMERICANAS EN PAR'.rICULAR
221
decir que la monarquía incá ica es hereditaria por origen divi–
no,
y
no electiva.
P or ftltimo, y para terminar con esta, larga serie de pruebas
directa
tomadas del texto del mi mo drama,, seiialaremos la
e cena en que el Inca, perdonando al rebelde vencido, le premia
nombrándole su reg·ente y sucesor,
y
le ciñe Ja, corona de la
.oberanía, que era la de
la
div inidad en la tierra, debiendo
advertir qu e te hecho imposible en el antiguo P erú e. histó–
ricamente fal o.
E l Inca dice : «Tráiga e la gran diadema con la borla ama–
r illa. Gran sacerdote, apresúrate á ponerle esta insig·nia y en–
tregarle la gran masa. Anuncia á todo el mundo que toma el
puesto del Inca. Sí, Ollantay queda para ser Inca en mi lugar
y
levantarse corno el astro del día. A hora marcho más satis–
fecho á mi campaña de la provincia de los Colla
sabiendo que
dejo á Ollantay para velar por mi hogar. »
~ Quién
al leer e to
}lO
creería leer una, página de Tácito de cribiendo la adopción
de un u ce or del im1 erio romano, pa,ra aplacar una insm·rec–
ción
pretoriana~
Vese, pues, que las a.Jusiones á oosas de origen europeo abun–
dan en el drama.
VII
El
Ollantay
como composición dramática, no tiene el mérito
literario que e le atribuye, no obsta.nte que su acción tenga
unidad y sea bien conducida, con situaciones de bastante efecto
teatral.
Á
no haber sido escri to en lengua quechua, nadi e se
habría ocupado de él, y ·ólo debe su celebridad á la creencia <le
~r
una producción original de los indígenas preco_lombianos.
P or su contextura e muy superior no sólo á la semiciviliza–
ción peruana, sino
tam~ién
á la obras del mismo género que