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EL PAIS DE LA SELVA
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tendía al apócope y la supresión de los acentos, -
de
suerte que ese diálogo adormecía como un blando
,
arrorro.
Al día siguiente nos levantamos con el alba para se–
~uir
viaje. Quiso mi co1npañero al par tir, fotografiar
el rancho hospitalario. Puso el alba su primer toque
rosa en una nube, luego la claridad bañó el paisaje. Y
cuando nos disponía1nos á marchar, una voz desde el
palenque, dijo :
-
Ha de
h
ac-e-r alcanzar un retrato por aquí, señor.
-
Cómo no,
~ -or~;
S
lo mandaré desde Buenos
Aires.
ol
~a
ocasión pasó por aquí un
ndar ...
y
¡hasta ahora
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