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to literario, el que se eleva a la po:sía
pastoril con las églogas
(lwylli:;),
i
la
erótica
(lnrnylli),
hasta la lírica con lo::;–
idilíos i elegías (yarn
\· ie~) ,
para al–
canzar lo sublime
í
maravilloso en sus
himnos; lo real en sus sátiras; lo epigra–
mático e imaginativo en sus alegorías,
apólogos i cuentos;" i lo épico en sus dra–
mas i tragedias; toda una literatura
com>
pleta i original, con un mismo sello de
uniformidad en el
concep~o,
pero de va–
riedad en la forma, de la que
fatalmen ~e
no han llegado hasta nosotros sino pe- ·
queños fragmentos
mutilado~
· horrosa–
mente por los escritores i por
la
tradíc!ón.
Solo se ha conservado una que otra églo–
ga, i los yaravies, de sus
po~sias;
los
. cuentos i las fábulas que p1ra hablar al
pueblo, los amautas habían utilizado, .
enseñandoles bajo esa forma alegórica la
verdad i la virtud, alejándoles del 'vicio i
el
error, eran las únicas formas que po–
dían sobrevivir: las primeras como
el
la–
mento expontánco de una raza subyuga–
da i tronchada en plena evolución, i las
segundas, porque el vdo con que se cu"
bren, su lenguaje figurado, las sustraía
á
ese círculo de hierro en que se vió ence–
rrada la raza, por
la
esclavitud política'
de un lado i el yugo intolerable dd fana–
tismo religioso por
el
otro.