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R. P. RODERICI DE ARRIAGA

471

es ésta de

Iter

i?t

Iudiam,

la envió el mismo

P. Mastrilli á la Reina de Es pafia, y se im–

primió el afio de 1637 en latín , siendo esa

edición la que sirvió de original á las tra–

ducciones flamenca y france sa.-La segun–

da, ó sea, la

Breve relaczon del Jlfa1'tyri·o,

la

remitió escrita en portugués el P. Procura–

dor del Japón, Nicolás da Costa, al P. Fran–

cisco Manso, encargado de las Misiones de

Indias en Madrid, que parece haber sido el

que la publicó inmediatamente, traducida

ó, más bien, arreglada, en castellano. De

este arreglo hay hasta dos traducciones, á

lo menos, en francé s, una de ellas sin lugar

ni fecha de impresión, pero impresa pro–

bablemente en Luxemburgo, y algunos

afios después del

l

634, como es natural.

Con lo dicho creemos que quedan sufi–

cientemente explicados y corregidos

los

deslices en que pudieran haber incurrido

los autores que cita Medina, y á quienes

sigue todavía últimamente Pardo de Ta–

vera (pág. 16, núms. 23 y 24).

6146.-R. P. Roderici de Arriaga Hi–

spani Locrensis,

e

Societate Iesv, Philo–

sophiée ac Theologire Doctoris,

&

in

Prag~nsi

vniuersitate Professoris; De

Oratore Libri Qvatvor. Nunc primí1m in

lucem editi,

In

gratiam politioris litera–

tur~

studiosorum. Cum Indice locuple–

tissimo. Colonice Agrippinée. Sumpt.

Bernardi Gvalteri. M. DC. XXXVII.–

En 8.º, de 31

I

ps., s. 8 hs. p. n.

Como se ha llegado á poner en duda, no

solamente la legitimidad, sino hasta la exis–

tencia misma de este libro nada vulgar,

bien merece que lo registremos aquí para

satisfacción de los curiosos, con alguna que

otra nota acomodada al caso.

«Alegambe, et Antonio apres lui, ont

attribué au P. Arriaga:

D e Oratore hbrz"JV.

Colonire, apud'Bernardum Gualterum,

l

639,

8.

0 ;

mais comme le P. Sotwel ne parle point

de cet ouvrage, il y a lieu d'e croire qu'An–

tonio se sera trompé. V. le P. P. J. Aniaga» ,

escribe con ocasión de él Backer (r, 294-9

S),

y repite Sommervogel, con el yerro de fecha

y todo, cuidando de cambiar únicamente

las últimas palabras en las siguientes: «i l y

a lieu de croíre qu'Alegambe se trompe.

N'aurait-il pas confondu avec l'ouvrage du

P. Paul Jos. Arriaga (supra, col. 577,

n. 4)?» (r, 58 r-82).-La otra obra á que se

refieren estos bibliógrafos es la intitulada:

«Pavli Iosephi de Arriaga, Societatis lesv,

Rhetoris Christiani Partes septem, Exem–

plis cum sacris, tum Philosophicis illustratre.

Nunc primi'.lm in lucem prodeunt. Lvgdvni,

Sumptibus Horatij Cardon. M. DC. XIX.

Cum Priuilegio Regis.»-[Al fin]:

<~Ex

Typographeio Ioannis Anard.»-En 12.

0 ,

de 391 ps., s.

12

1

í

2

hs. p. n.; obra que, por

cierto, tanto Alegambe (pág. 367) como

Nicolás Antonio (n, 161) reconocen por del

P. Pablo José; y que tan difícil se hace de

confundir con la del P. Rodrigo, como pa–

rece difícil y casi

iin

posible la confusión de

Partes septeni

con

Libri Qvatvor,

y la del

pi~

de imprenta del

Retórz.co

cristiano

de

Lyon, con el del simple

Orador

de Colonia.

Pero, por lo visto, el achaque es más an–

tiguo de lo que parece, gracias al silencio y

autoridad de Sotuelo. «Scriptionem hanc

Roderico Arriagre tribuit Philippus Ale–

gambeus, et ex ipso

icolaus Antonius.

Sed quod eam non recensuerit Nathanael

Sotthwell us, suborta est aliquibus criticis

dubitatio legitimus esset, an forte supposi–

titius hic fetus; maxime cum in eo non ille

spiret genius qui in aliis. At enim non

fecit Sotwelliana prretermissio illa, vt volu–

mi nis, quo de agitur exempla non super–

sint (quorum ego vnum vidi) auctorem

prreferentia Rodericum Arriagam. Si non

est hic, vt alibi, disputator, vel opinator;

quid mirum? vbi non scribebat disputatio–

nes, aut agebat dialecticum: sea prrecepta

Ciceronis, de arte dicendi, verbo tenus pro–

ponit, in methodum scholasticam, qucd alii

jam animadverterunt, redacta....

»,

escribía

ya á mediados del siglo

xvm

el P. Oudín,

al darnos cuenta de los libros

De Oratore

en su artículo del P. Rodrigo de Arriaga

(Mss., pág. 2).

Poco después discurría así nuestro Cerdá

y Rico en· su jugoso

Comentario

sobre los

principales retóricos españoles:

<~RooErucus

DE

ARR!AGA, Lucroniensis, S. J. Sacerdos,