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RISPOSTA ALLE OSSERVAZIONI
philosophi ze ac theologi ze doctor, ac in Pra–
gensi academia quadraginta fere annos pro–
fessor,
de Oratore lz'bros IV-
Coloni re vulga–
vit typis Bern. Gualteri an. M.DC.XXXVI.
8. quo in opere id sibi auctor videtur pro–
posuisse, ut qu re separatim eloquentire pa–
rens variis in locis de arte dicendi scripta
reliquit, in ordinem redigeret, magna certe
studiosorum commoditate, nec minori in–
genii sui laude»; y añ adía en nota:
<~ Giber
tus in opere
:fugenzens des savans sur les
auteurs, quz' 011t traüé de la Rhetorz'que,
On
doit,
zºnquz't,
savoir gré
a
l'auteur
&
de son
bon goUt dans le choix qu' il a fait d ' un si
excellent maitre,
&
de la peine qu 'il s'est
donné pour applanir les difficultéz.
Il
ne
faut pas moins louer sa doctrine
&
son
exactitude. Ces qualitez paroissent dans le
soin qu'il a pris de marquer par tout fid e–
lement ces endroits de l'orateur Romain
ou il a puisé ses paroles aussi bien qu e ses
pensées» (págs.
X LIX -L) .
«Menos conocidas que la R etórica
del
P.
Suárez son las de Juan de Santiago
(1 595) ,
Bartolo.méBravo (
I
596 )
y Rodrigo de
Arriaga (
I
636 ),
t odos ellos ciceronianos
fervorosos, incluso el último, que, con ser
muy escolástico, tomó por base única de su
trabajo los libros precepti vos del orador
romano, reduciéndol os
á
un solo cuerpo de
doctrina, que llamó
De 01-atore»,
dice tam–
bién Menéndez y Pelayo en el texto; y
«Los cuatro libros
D e oratore
de Rodrigo
de Arriaga se imprimieron en Colonia,
t.y/ns
B ernardz' Gualteri·,
1636. 8.
0
»,
en nota de
su
H ú toria de las z'deas estétz'cas
(t.
n,
vol.
r,
pág. 288) .
Claro es que no iban á h ablar de memo–
ria todos estos autores. P ero, aunque demos
que Menéndez y Pelayo nG viera la obra
del P. Arriaga, sino que sacara sus noticias
del
Comentario,
según parece, de Cerdá y
Rico; y aunque diéramos que el mismo
Cerdá y .Rico tomara las suyas de los
:Juz·–
cios,
de Gisbert , es indudable que
á
lo me–
nos este ú ltimo hoj eó los libros
D e Orato–
r e,-
ó, cuando no se quiera conceder tanto,
habló de ellos como pudiera hablar qui en
los hu biera examinado detenidamente.
Ahora bien, ¿cómo· es posible que, siend o
él crítico tan conocid o en Fra ncia, no lo
I
vieran Backer y Sommervogel; y que, si lo
vieron, no repararan en que no debían de
andar tan errados, como el_Ios se imagina–
ban , Alegambe y Nicolás Antonio; ó, si cre–
yeron que no era digno de crédito en lo
que él aseguraba, no nos insinuaran las ra–
zones que los movían á ello, y los funda–
mentos en que se apoyaban para no seguir–
le, ni aun citarle, e!:J. cosa de tanta monta?
Como quiera que sea, conste que quien
anduvo, no diremos errado, pero sí falto de
memoria, pues tenemos por puro olvido su
omisión, fué Sotuelo, causa de estas reyer–
tas: no Alegambe, que estuvo puntualísimo
en la cita, por·haber tenido probablemente
á mano la obra del P. Arriaga; y menos
todavía Nicolás Antonio, que, como sólo
debió de conocerla de oídas, tuvo la humil–
dad de escudarse con la no ta de que <<Certe
Paulus Joseph us Arriaga eju sdem argu–
menti, scilicet
Rhetoris Christz'anz'
opus
elucubravit, quod alterurn est prorsus a
nostro: siquidem
Societatz's Bi'blzotltecr.e
au–
ctor [Alegambe] distinguit»
(u,
26
r).
No concluiremos este artículo sin avisar:
lo primero, que los libros
De Oratore,
aun–
que artísticamente ordenados, todavía están
descubriendo á la legua la man o de un es–
colástico de pura raza, y rec uerdan al rhenos
avisado el estilo, el ingenio
y
la ,sutileza del
fil ósofo de Logroño; lo segundo, que no he–
mos visto ningún ejemplar que ll eve la fe–
cha de
163 6,
ni la de
i 639 ,
en la portada.
6147.- Risposta alle Osservazioni so–
pra le due Lettere che riguardano il Sa–
gramento della Penitenza e che chiudo–
no l ' Opera intitolata Il Sacerdote San–
tificato Dell' Abate Raimondo Viescas
Quittense. In Cesena MDCCXCII. Per gli
Eredi Biasini ali ' Insegua di Pallade Con
Licenza de ' Superiori. - En 8.
0
,
de
xxxi -
475
ps ., s.
I
1/2
hs.
p.
n.
Corríjase, donde se hallare, el yerro en
que incurren vari6s bibliógrafos, incluso el
redactor del
Catalogue de la Bz'blt'otheque
de fe tt
M.
le Comte Jacqttes Manzonz'
(n,
328; núm.
4999)
1
por figurarse que la cláu-