CATHECIS!IW D.-\ DOUTRI JA CHRTSTA
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malogrado «Cosmógrafo mayor de las In–
dias», y no sabía probablemente de qué se
trataba, ni quiénes eran los verdaderos
adversarios de su paisano.
Esto advertido, pasemos á decir también
algo sobre la paternidad de nuestra
Carta
Critica.
En el ejemplar que se conserva de ella en
la biblioteca de nuestra Residencia de Se·
villa, aparece al frente
~na
nota, cuidadosa–
mente borrada después, en que se leía, y
todavía puede leerse: «Su Autor Dn Manuel
Antonio Rodríguez y Fernandez.» El ano–
tador debía de. estar informado, por lo
visto, de lo que significaban las iniciales
«M. A . R. F.», con que salió
á
luz la «Carta
segunda
(descr. en el citado núm. 321)
en
que se continua la Critica»
empezada en
esta
Carta
primera; y eso debi ó de indu–
cirle á creer que, pues las dos eran segura–
mente de uno mismo, podría atribuirse la
primera al que se indicaba por autor de la
segunda. Mas como, bien el propio anota–
dor, ó bien algún otro curioso, llegara á en–
terarse por ·la
Carta
II
de D . •Antoni·o Ale–
man
(seudónimo de D. Juan B1utista Mu–
ñoz) que el «autor principal », aun de la
Carta segunda,
no era «Manolo, como se
quiere dará entender, sino Farruco», según
vimos en el mismo número, tachó con muy
buen acuerdo lo que primero se había escri–
to en dicho ejemplar.
En otro que tenemos á la vista, de la
biblioteca del Colegio de Valladolid, se lee
de puño y letra del P . Silva: «El D. Franc.
Iturri q.e escribio, y
firmb
esta Carta, fue
el P. Franc. Iturri, nat.
1
de Buenos Ayres,
a quien yo conocl en Italia, y de vuelta a
Esp.ª me la dio como recuerdo de nuestro
viaje
a
Barcel. •, don<le el quedb , y creo q.e
aun reside. Tambien escribio otra Carta
sobre el mismo asunto de esta, pero supreso
su nombre a la frente, por ciertos reparos
que huvo para la impresion, como el me
dixo. Me consta, que ademas tiene muchos
otros trabajos, parte acabados, y parte por
acabar, sobre cosas de America, q.e seria
bueno que no se perdiesen
a
su muerte, que
ya es viejo.»-¡
Y
tanto!, como que el P. Itu–
rri nació
á
10 de Octubre de 1738,y esto se
escribía por los años de 1820.
Vaya en confirmación de lo dich0 un ca–
pítulo de carta del mismo P. Iturri, q_ue
hallamos en el Colegio de Loyola, con fecha
de 19 de Julio de 1799 .-«De Madrid me
avisan (escribe al
P.
Juan de Ossuna), que
se ha disgustado sobre manera nuestro
Cosmographo Maior de Indias con fas dos
cartas que embie de Roma alla, havra ya
dos años, para deshacer y corregir algunos
yerros a que dio acogida en su
Historia del
Nuevo Mundo;
y mas, que ha impreso dos
cartas en respuesta
a
las mias, con nombre
de D. Ant.
0
Aleman. Dicenme que me las
embiaran en uno de estos correos. Recivi–
das, vere si merecen contestacion ; aunque
presumo que haya de ser absolutam.
1
e inutil
la que yo le diere, y hacer poca impresion
en un animo como el suyo, imbuido en fal–
sas fil osofias, segun colijo de la lectura de
su
Ht"storia.»
También convienen en atribuir al
P.
Itu–
rri la
Carta Crítica
Hervás (u, 27), Caba–
llero
(11,
48:
cfr.
:2 2), Backer
(n,
294),
Sommervogel (1v, 688 89), etc.
609
r
.- Cathecismo da doutrina christa
de
S.
Francisco Xavier. Goa,
I
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7.
-Cita de Brito Aranha en el
Sup/emenlo
al
Diccionario BibHograj>Mco Portuguez
de Inoc. Franc. da Silva, con la siguiente
nota: «Nao se conhece a
existenci~
de um
só exemp lar d 'esta primeira edic;áo, p r isso,
quando menos por agora, é
impossiv~l
dar
mais minuciosa noticia d 'ella. Vejam e que
a este respeito dizem o P. Francisco de
S9usa [etc.]. ...
»
(t.
x, del
Suplem.
m,
197).
Suponemos que lo de «primeira edic;ao» de
este
Cathecúmo
es simple conjetura de Brito
Aranha, puesto que ni él ni ningún otro
bibliógrafo da señales de haber conocido
ninguna edición posterior á la citada goana
de
15 s7.
También parece que debiera darse
por supuesto que huelga en el
Suplemento
la mención del
Cathecismo,
por razón de
que ni á Brito A ranha ni
á
Silva les tocaba
darnos cuenta de más obras que las propias
de la literatura portuguesa, y el
Cathecúmo
dista mucho de pertenecer á ella, si hemos
de dar crédito al testimonio del P. Sousa,
á quien se cita en primer lugar.