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PRAXIS IUVANDI
403
Práctica
original, y que probablemente no
tuvo más noticia de la una ni de la otra
que la que halló en el P. Raynaudo,
á
quien
piensa que refuta cuando no hace más que
re ponderle á bulto y dé donde diere, como
con palo de ciego, colígese claramente de la
biliosa irritación con que nos habla, así de
la virulencia y mordacidad, como de los
insultos é improperios de que finge que se
vale el autor
ó
traductor, ó lo que fuese
(pues él de seguro que no lo sabía), de la in–
fortunada
Praftica.
Quien se atreve á ha–
cerle reo de semejantes delitos, muestra una
de dos cosas: que ó no ha leído su obra, ó
se figura que el tener aseguradas las espal–
das le da derecho á faltar á las leyes de la
verdad y la justicia, y junto con eso á las
del respeto y consideración que se debe aun
al enemigo cuando se halla con las manos
atadas para defenderse. Como ni so pechar
podemos, sin ofender al M. Casalas, que
fuera esto segundo lo que moviera su plu–
ma, parece indudable, aunque no falta quien
lo niegue, que hubo de ser lo primero.
Valga también lo dicho, de respuesta á
cierto anónimo delator, de cuyas malignas
insinuaciones daremos cuenta más despacio
al llegar á la
<<Vida del Patriarca Sa1l
.Tg–
nact"o....
».
Limitémonos por ahora á copiar
por adelantado un par de líneas suyas, para
muestra de que en Espatia era conocida,
mucho antes de que trataran de ella Casa–
las y Raynaudo, la conversión de Poza en
Vilela.-«En Roma (dice de él nuestro anó–
nimo) saco en otro nombre el libro de ayu–
dar a morir, y no basto para suprimírselo
luego por las doctrinas».'- Cosa bien rara,
por cierto, que, llevándose hechas por acá,
á los ojos de la Inquisición espatiola, una
docena larga de ediciones de la
Práctica,
y
siendo ésta una especie de texto corriente
en la delicada facultad de aprender y ayu–
dará bien morir, nadie absol utamente des–
cubriese en ella el menor vestigio de doc–
trina reprensible hasta el momento en que
se supo haberse condenado en Roma , á
21
de Junio de 1634, en cabeza del P. Vilela¡
y cosa igualmente rara que ni en las reim–
presiones castellanas ni en las traducciones
posteriores á ese año, hechas con el nombre
del P. Poza en la portada,
por
quienes no
debían de estar en el secreto del cambio de
apellidos verificado el 1631, tropezara nadie
con ninguna doctrina, ni opinión ni desliz
que mereciera condenación ó expurgo. Pues
nada se diga de la aprobación del Maestro
del Sacro Palacio con que salió á luz el
afio de 1631 la misma edición romana que
el de 1634 iba á ponerse en el
Indice.–
N ada tampoco. de lo ocurrido con S. Pedro
Claver, el cual es creible que entendiera
tanto, á lo menos, como el M. Casalas y el
oculto delator, que no es la hora de la
muerte la más oportuna para andar hojean–
do obras de mala doctrina y desvergonza–
das sátiras, y, eso no obstante, se sabe que,
cuando «Dios le dió noticia cierta de su
muerte», y él «empe9ó á disponerse para ella
con más fervor, como quien se hallaua
cercano á la partida¡ luego pidió á un H er–
mano el libro de ayudar á bienmorir del
Padre Juan Bautista Poza, para leer algu–
nas cosas que pone en orden á la disposi–
ció de te viage»
(Vida
del P. Claver por el
Lic. Suarez de Somoza=P. Alonso de An–
drade, boj.
l
56, v.).
Todo e to es, á nuestro juicio, prueba
concluyente de que no debieron de ser «las
doctrinas», como malicia el delator, sino
otras causas muy diversas, aunque justísi–
ma~,
las que tuvo el Santo Oficio de Roma
para condenar la
Práctica
del P. Poza, im–
presa á nombre del P. Vilela. No creemos,
sin embargo, que hubiera de salir muy per–
judicado el honor del P. Poza, de que ésas
se publicaran para satisfacción de sus lecto–
res; ni que perdiera nada la nueva edición
del
Índice,
porque hubiese habido quien
advirtiera á Esser (pues, por la cuenta, de–
bía de ignorarlo), que su P . Giovanni Bat–
tista de Vilela (págs. 305-6) era precisa-
·mente nuestro P. Juan Bautista Poza.
4353.- Praxis iuvandi regros ad bene
moriendum, nec non sanos ad bene viven–
dum ex ijs .quce occurrunt,
&
fieri debent
in hora mortis, Composita. Per Joan:
Baptistam de Vitela Societatis Iesv. Ex
lingua Italica in Latinam traducta,
&
in
lucem edita, voluntate, Illvstrissimi ac