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EL CHITON

159

y Mallén (u,

447),

Backer (n,

1380),

Sora–

luce (pág.

35),

Allende Salazar (págs.

220-

21 ),

Weller (pág.

1

7),

Sommervogel

(D.,

11 25·

B.,

v, 1317; rx, 960, q.13),

Vindel

(m, 3u -12,

núm.

3027),

Sorarrain (pág.

71,

n úms.

134-35)

y H artzenbusch (pág.

4 ).

39 53.-El Bven P e nsamie nt o , ex–

puesto en algunas Le c cio n e s por el

P.

Carlos Gregorio Rosignoli, de la Com–

pañia de Jesus.

Y

traducido en nuestro

idioma para bien de las almas por el

Doctor D on Basilio Sotomayor . Con li–

cencia : En Sevilla por Joseph Padrino,

Impressor, y Mercader de Libros , en

Calle de Genova.-En

8.

0

,

de 309 ps.,

s. 9

1

/ 2

hs.

p.

n.

T.

EL

P.

MIGUEL

GUTIÉRREZ.

Véase más adelante

«La Dvke,y Santa

111verte....

»,

donde lo probaremo, desha–

ciendo de paso un gravísimo yerro en que

incurrió Backer, por haber leído mal é in–

terpretado peor un Ms. relativo á esta .tra–

ducción, que halló en los archivo de Roma.

3954.- I. El Chiton de las T aravillas.

Obra del Lic e nci a do T odo se sabe.

A v. m . que tira la piedra, y esconde la

mano.- En Guesca y Enero

1.

de 1630

años. Licenciado Todo se sabe.-En

8.

0

,

de 40 ps.

II. E l Chiton de las Taravillas, O bra

del Licenciado Todo se sabe. A vuestra

merced que tira la piedra y esconde la

mano" Escrita con la de Don Francisco

de Quevedo, Caballero del Orden de

Santiago, y Señor de la Vi

1

la de

]

oan

Abad , contra los maldicientes del Rey

Nuestro Señor, de su valido, y de los

arbitrios de las minas y baja de la mo–

neda. - [ Al fin]:

<;;arago~a,

por Pedro

Verges. Año 1630.-En 8.

0

,

de 23 hs.

P.

EL

P.

F ERNANDO

CHIRINO

DE

SALAZAR

(!).

Copia D. A ureliano Fernández-G uerra

los siguientes versos de una

Sdtira co11tra

Quevedo:

«¿Quién al de vergüenza poca

Le ayudó para el

Cli1lo11

f

Y ¿quien compuso el

B11scon

Con tarabilla tan loca?

Y ¿quién siempre se desboca,

En la fucia del prh•ndo,

A quien falsamente ha dado

A entender que es de la hoja?

Pata-Co¡a,.;

y

los anota de este modo: Se infiere de

esta estrofa que el padre Hernando de Sa–

lazar dió á

QUEVEDO

los materiale para

e cribir el

Cliitón de las tarabillas (Obras

de Quevedo,

1,

308

de la ed. sev.ill.).

Pero, si el «de vergüenza poca», personaje

distinto, como se ve, de «Pata-Coja», es

realmente el P. Chirino de Salazar, como

es necesario que lo sea para que no haya

confusión en el supuesto del Sr. Fernández–

Guerra, ni de concierto en los versos, de la

frase del satírico más bien parece deberse

de haber deducido que el principal autor

de

El

Chiton

fué el mismo Padre, ayudado

por Quevedo, es decir, por

Pata-Coja.

No creemos, sin embargo, que haya fun–

damento ninguno sólido ni deleznable,

futra, si es caso, de la malicia del autor,

para asegurar lo que significa la estrofa,

bien como suena, bien como la interpreta

el Sr. Fernández-Guerra, dado que en ella

se hubiera querido meter en danza al

P.

Chi–

rino de Salazar.- o hay quien siquiera

ponga en duda que el «Licenciado Todo se

sabe» s D. Franci co de Quevedo

(cfr.

Hart–

zenbusch, pág.

130);

como tampoco quien

ignore que Quevedo no necesitaba que nin–

gún otro le suministrase los «materiales

para escribir el

Cliitón

»,

ni le viniese á ayu–

dar para ponerlos en orden.

El P. Chirino de alazar tuvo Ja de-gra–

cia de haber5e introducido demasiado en la

confianza de Felipe IV, y de que ni éste ni

alguno de sus valido dieran apenas un pa o

en varias ocasiones si.n su dirección y con–

sejo. De ahí el que se hiciese con tanto

émulos y enemigos, unos imparciales, y otros

sobradamente intuesados, que no peligra-,

ban tanto en tirar piedras al tejado de un

pobre Religioso que no se las había de de-