todo mal, habr:í a desa-
quichinga; lmañttica ña 111a–
parecido para siempre·
y
el
na cangaclm, ña mana hui–
que e
t:i
entado en el o-
quii, il.a mana huacai, ·il.a
lio renovaní todas la cosas
mana ima nanni camgachu;
dando nueva vida
y
nuevo
arijuclta,tuctti il.acaitarurae
gozo
1. .. .
.Allí
eremos se-
tuczwhisltca canga; C1J;pac
mejantes
á
Dio en la glo-
Dios mari tucuita muslwcta
1fa1
pue to que Dios comu-
rurangami,mushuccausaita,
uica
á
sus escogido su pro-
mushuc cushicuita cushpa
1.
pía luz; lo que se llama
Ghaipi sumaimana Dios–
lumbre de gloria. Esta luz
hina cashun2, Dio ari Pai–
pues , perfecciona la mente
quiuinpac achi¡;yaita ac–
humana, haciéndola dei-
llaslwacuncuuan
cha qui–
forme;
y
a
í
e cómo los
chingami. (Gaica gloriapac
bienaventurados pueden ver
achicyaimi, lwnbre de la
claramente
á
Dio infinito
gloria ninchic.) Gai achicyai
como Él es en
í
mi mo 3.
J
rnnapac unanchaita alli-
chin, paila Diosshina ru–
rashpa
·
shinami acllaslwa–
cuna sumaimana Dios
cashcata shutilla ricucuna
u hancunatac3.
1
Apoc.
21,
4.
o.
2
I
Io.
3, 2.
3
LEssrus, De ummo bono II, , n. 44. - La lumbre de
gloria e substancialmente la gracia santificante misma, pero
se di tingue de ésta por su fomrn más perfecta, ó más bien
por Ja facultad ele poder ver
á
Dio cara
á
cara. De to
se ha tratado
ya
en Ja e"!)licación ele la Gracia, pt1g. 317;
quien lo juzgare com·eniente, podría repetir aquí lo que se
ffk
ha dicho en ar¡nel lugar.
Á
Gtu)JM, V11demécu1n.
47