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maternalmente con Jesu- ¡
Ma11.a Santísima cwnan
cristo en el cielo
y
en
Jesueristohua;n janac pa–
la tierra; es, de consi-
chapi cai pachapipish nw.-
la explicación y argumentación de esta verdad no conviene
recurrir para la prueba,
á
ciertas tradiciones históricas que
tal vez son apócrifas ó
á
lo meno no bastante probadas,
sino que hay que argüir del Gén. 3, 15 y de la tradición
eclesiástica. En efecto, el primero y más importante argu–
mento de los postulados firmados por muchos Obispos en el
Concilio Vaticano, 1870, postulados en los cuales piden la
definición dogmática de la Asunción corpórea de María.·
es el bíblico del Gén. 3, 15. (Véanse A.eta et Úecreta S. Conc.
rec. Coll. Lac. v. VII, 868.)
La tradición eclesiástica se encuentra principalmente en
la institución de la fiesta de la A.sunción de la SantísimaVirgen,
fiesta que fué introducida poco tiempo después del Concilio
de Éfeso (431), y que es la primera fiesta especial de la
Madre de Dios. Dicha fiesta está en con-elación con la de
la Ascensión de Nuestro Señor ; así como pues uestro Señor
ascendió
á
los ciclos con el cuerpo, a
í
la Santísima Virgen
fué
elevada
á
los cielos tamhién con su cuerpo. Los panegíricos
. de los Padres griegos de de los siglos vn y
VIII
y las ora–
ciones de las liturgias occidentales desde el siglo
·VI,
6 tal
vez ya desde el v , quitan toda duda acerca de la idea ori–
ginal de la fiesta de la A.sunción de la Madre de Dios.
A.síel Sacram. Gregor. (Collecta ad processionem): "Veneranda
nohis, Domine, huius diei festivitas opem conferat sempiter–
nam, in qua S. Dei Genitrix mortero subiit t empora–
lem , nec ta me n n'exibu s mo rti s d epri mi p otuit,
qure Filium tuuin Dominum nostrum genuit incarnatum." Y
el
J'Jfissale gothicum ,
respectivamente
'Oelus gatlicamwn,
que
ha estado en uso en las Galias antes ele Cario Magno, dice