il>
R.
En conocer
á
Dios, al-
C.
Diosta 1'icsi11api, pa.ipac
canzar sn gracia y su bene-
graciata 1mmaitapish usha–
volenoia,
y
acabándose· esta
chinapi; c<ii causai puchu–
vida, ir
á
gozar de Ja
vi
ta
caslicapica , j anac pachapi
de Dios en el cielo.
paila ricushpa cushicuipi.
P. Despué que se acaba
T.
Cai causai purhucash
7
esta vida, ¿hay todavía otra
capica r11nacu11apac slmctac
vida para los hombres?
causai tiya11clm ?
R. Sí, Padre, hay otra . C.
Ari, Pa<lre, tiyanmi;
vida; las almas de los hom-
rn11acu11apac
al111ac1maca
bres no mueren con el cuerpo
mana · lla111ac1mashi11a cuer–
como los animales , son in-
pohuan lmañunchu, 7wifíai-
mortales, no se acaban.
cae, mana l111añucmi.
P. ¿Nuestros primeros pa–
dres, Adán y Eva, habiendo
sido criados por Dios en es–
tado de inocencia, permane·
cieron en la inocencia?
R.
o, Padre: el demonio
.miraba con envidiu la felicidud
de Adán y Eva. Y queriendo
engañarlos habló
á
la mujer
por medio de la seypiente ,
y
le dijo: ¿ Por qué os ba pro–
hibido Dios comer de todos
T. Adán Evah11an, ñucnn–
chic ñaupac yaya mama, Dios–
manta alli , jucha illac , ca–
mashca cashpa, shinallatac ti–
yacurcacunachu?
C. Mana, P adre. Ñucnnchic
yaya mana Adlln Evapish
cushilla causacta ricucushpa
supaica chiquicurca. Paicu–
nata umasha nishpa amarupac
shimihuan huarmimnn chasnn
rimaren: "Imarnicu Dios can-
los árboles del paraíso? La cunamanca cacbashca , ama
mujer le contestó: Comemos chagrnpnc tucui yurnmanta
los frutos de todos los árbo- micunguichic, nishpa." Huar–
les que están en el paraíso ; mica cutichirca: "Tucui yurn–
pero Dios nos prohibió comer cunnmanta , cbagrnpi tiyac,
y aun tocar el fruto del árbol muyuta micunchicmi ; cbai