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ESTUDIOS INDIGENAS.
culto el exterminio, cuando aparecieron los ap6stoles.
de Ja conquista pacifica que debia suceder al estruen–
do de las batallas y al sacrificio de los pueblos. La
llegada de los misioueros espaiioles, en America, tra–
yendo la cruz por divisa,
y
por mision la doctrina,
hubo de echar por tierra el hacha del verdugo, de–
tener los estragos de la guerra, dar tregua al espiritu
aventurero, sostener
la
autoridad vacilante y atraer, ·
con la caridad y mansedumbre evangelicas, las po–
blaciones ind:igeaas que, de pie sobre la tumba de
sus nrogenitores y sostenidas por la justicia, sabian
morir en defensa de sus hogares
y
de su patria.
Con semejante politica por parte de Espana
y
debido
a
SU
ben.efico influjo, salvaronse las tradiciones
antiguas, los rudimentos del lenguaje americano, y
pudieron estudiarse los monumentos que habian desa –
fi.ado los siglos, como testigos de epocas remotas.
Por el pronto apa.recieron los tres imperios de Ame–
·rica: Anahuac, Cundinamarca y Peru, no como na–
ciones ·salvajes, sino como heraldos de una civiliza–
cion antigua, cuyo origen se pierde en la noche de
los tiempos, probando con sus anales, tradiciones, mo–
numentos, artes
y
ciencias, que no era America un
pueblo inculto, sino el representante de la civilizacion
asiatico-europea, desde que en mui remotos dias , pue–
blos del antiguo hemisferio conquistaron l::t tierra ame–
ricana e importaron en ella el arte etrusco, la astro–
nomia egipcia, el papirus, los quipos, la escritura sim–
b6lica, la arquitectura de Babilonia y de Menfis que debia
·ostentarse en las ruinas de Copan, de Mitla
y
de Pa–
lenque, en las piramides de Cholula, en los canales de
Mejico, en los templos de los Incas ; cuando pueblos
del Norte de Europa, del Asia, y del Mediterraneo
comenzaron
a
poblar la tierra americana y dejarou
sobre las rocas de las montaiias, los re.cuerdos de su
peregrinacion, los monumentos d e su inclustria
y
de