LA BELLA FRASE
EN LAS LENGUAS AMERICANAS.
No son los episodios sublimes de la lucha lo que
mas cautiva nuestro espiritu, cuando, estudiando la
h istoria del continente americano, nos remontamos
a
l os primeros dias de la conquista castellana, sino las
paginas de lo pasado veladas por el misterio, los mo–
n umentos hist6ricos, las naciones indigenas
y
sus idio–
mas, tan diversos, tan llenos de variantes.
Ninguna conquista ha dej ado
a
la civilizacion mo–
derna un acopio de trabajos literarios
y
cienti:ficos, tan
r ico y fecundo, como la conquista de America por. los
castellanos. Cuando parecia que todo iba
a
quedar
sepultado bajo las ruinas de la Jucha empefiada en–
t re dos razas que se disputaban la posesion del con–
t inente; cuando
a
los estragos del fuego
y
de Ia ma–
t anza desaparecian millares de hombres, se hundian
los imperios indigenas,
y
Ios conquistadores corona–
dos d e gloria escalaban las mas altas cimas para cla–
var el estandarte de Castilla sobre los nevados An–
d es ; fue ent6nces y en medio de aquella voragine de
la conquista, que no respet6 creencias, ni gobiernos,
ni t uvo compasion
a
la desgracia, ni fraternidad para
con los hombres; fue ent6nces, en medio de aquel es–
t ado ca6tico que tuvo por fuerza la espada
y
por