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ESTUDIOS INDIGENAS.
descarga el golpe, pero en vago,
y
el animal sin dar
tiempo
a
sn contendor para levantar por segunda
vez la macana, se abalanza sobre la victinrn, la echa
por tierra
y
la degiiella en seguida con sus garras
~·
colmillos. Este episodio de 1573 fue el iiltimo dia de
los Mariehes, poTque al siguiente la obediencia qued6
establecicla.
a,
U6mo calificar este hecho
~
i
Hesucitar los ho–
rrores del Circo romano en la plenitud del cristianis–
mo,
a
los quince siglos de haber derribado la cruz
los idolos del Uapitolio
!
Afortunadamente en la His–
toria, la lei de las compensaciones sostiene el equili–
brio,
y
la verdad nloral resplandece como cl sol. Ha–
cia cinco anos que cerca de estos rnismos
lugares~
Guaicaipuro habia resucitado la epoca her6ica de
Grecia,
y
moria como Leonidas con sus espartanos en
las Term6pilas de los
Teques~
en nombre de la patria,
de la familia
y
del honor.
Falta la escena principal del drama sangriento
que la bistoria conoce con el nombre de Conquista de
los Caracas. Ni Gnaicaipuro, envuelto en
la~
llamas;
ni Paramaconi, ahogando entre
SUS
brazos
a
Gonzalo;
ni Soro"caima, conduciendo en silencio su mano mutila–
da; ni Tamanaco, degollado por el perro en las arenas
del Circo, tienen la sublime magestad '..de Guaricurian
ofreciendo en bolocausto su vida por la de su jefe.
La escena que vamos
a
relatar pasa en los dias del
gobernador Ponce de Leon en 1569,-cuando cl.escu–
bierta 6 :fingida una conjuracion de los caciques Ma–
riches, fueron veinte
y
tres de estos infamemente con–
denados
a
muerte.-Entre ellos figura Obicuramay, no–
ble guerrero de la belicosa tribu, querido y aruado de
todos. En la mafiana en que los reos Hon conducidos
al patibulo, en los instantes en que va
a
consn–
marse el sacrificio de las victimas, un j6ven resuelto
· altivo se presenta
a
los verdugos
.Y.
Jes dice: "No