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ESTUDIOS INDIGENAS.
ta de su cabana, lleno de ira atraviesa con su esto–
que el pecbo de uno de los castellanos
y
rodeado de
espadas
y
-arcabuces que. no se atreven
a
herirlo
1
pre–
senta el pecho
a
sus contrarios
y
exclama: "cobar–
des, porque os falta el valor para rendirme, os valeis
clel fuego para vencernie; yo soi Guaicaipuro
{t
qnien
buscais, y quien nunca tnvo miedo
a
vuestra naciou
soberbia; pero, pues
ya
la fortuna me ha puesto en
lance en que no me apro-\echa el esfnerzo para de–
fenderme, aqui me teneis, mataclme, para que con mi
mnerte os veais litlres del temor que siempre os ha
causado Gnaicaipuro."
(1)
Ent6nce::;, desesperado, delin1,nte, magnificado por
la clignidacl de la honra, se arroja en medio de las
espadas castellanas
y
muere con sus veinte tenientes
que desde el principio le defendian. Refiere el histo–
riador que, cuando los castellanos le vieron examine,
se apoder6 de ellos el remordimiento en presencia clel
cadaver del esbelto batallador, y avergonzados, retro–
cedieron para incorporarse a los suyos. Esto pasaba en
15G8.
En la escena de Paramaconi el lance es todavia
ma.s personal. En
1569,
Garci Gonzalo de Silva sale
una tarde de Caracas en d'.irecciou de Ia costa de Ca–
rayaca, acompaiiado de treinta soldados. Era su in–
tencion prender por medio de una celada al temido
Cacique de los .Taramainas, Paramaconi,
a
quien no po–
dian veneer los castellanos. Despues de haber pasado el
jefe espaiiol por las cercanfas de los pueblos del cacique
clonde la muchedumbre se divertia al son de sus gaita.s, y
comprendiendo que en ninguno de ellos podia estar el te–
mido indio, sigue con el guia que le acompafia en
direccion de un sitio montaiioso donde Paramaconi
( 1) Ovrnno
Y
BA:Nos. Historia
cle
la Conquista de Ve–
n ezuel a .