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GUERRA
CAPÍTULO LV.
Cómo el Gobernador Pizarro y su gente pasm·on muy gran trabajo
aquella noche,
é
cómo determfr1ó de se volver
á
los llanos,
é
Diego
de Agüero, yendo con veinte de
á
caballo
á
correr el campo,
prendieron
á
dos de los que iban con él.
Y como el Gobernador Pizarra,
é
sus capitanes,
é
gente de
guerra durmieron aquella noche en el despoblado de Guay–
tara, bien proveidos de nieve
é
frio, viendo que no habían
podido alcanzar al Adelantado, parecióle al Gobernador que
sería buen acuerdo no pasar más adelante, pues yendo sin
servicio, ni tiendas, ni otra nenguna cosa de descanso, era
imposible poderse sustentar, por lo cual se debian volver al
valle de lea, desde donrle acordarian lo que habian de hacer.
A
Hernando Pizarro
é
Alonso de Alvarado, con los <lemas ca–
pitanes, les pareció bien,
é
para ver si Almagro estab;i de allí
alejado, mandó al capitan Diego de Agüero que con veinte de
á
caballo fuese corriendo el campo,
é
mirase bien lo que ba–
bia; Diego de Agüero lo hizo así.
É
ciertamente, si la noche
que Pizarra durmió en aquel despoblado se tomara el consejo
de Vasco de Guevara
é
Sotelo, él lo desbaratara
á
él
é
toda
su gente sin mucho riesgo de Ja suya. Diego de Agüero, con
los de á caballo,
fué
á
correr el campo hácia aquella parte
donde estaba Almagro, y estaba puesto gran recaudo de velas
é
rondas
y
corredores por su mandado,
é
viniendo Diego de
Agüero con su gente en buena órden,
fué
visto por los de
Chile,
é
sabido por Orgoñez mandó en una emboscada poner