DB
LAS ALINAS.
293
alguna gente, para que si fuesen corredores pudiesen prender
algunos dellos;
é
porque si todo el real de Pizarro viniese no
se hallase de apercibido , todos por su mandado se armaron
é
pusieron
á
punto de guerra,
é
vini endo Diego de Agüero
é
los
otros, dieron en los que estaban en la celeda,
é
prendieron á
Tomás Vazquez
é
á
Antonio do Orihuela. Diego de Agüero con
los otros acordó de retirarse
é
dar mandado al Gobernador, 6
aunque les fueron siguiendo uengun mal les pudieron hacer,
ni prender más que al Tomás Vazquez
é
Orihuela,
é
dando
mucha priesa
á
sus caballo alcanzaron al Gobernador, que
ya se iba,
é
le pesó de que supo la prision de Tomá Vazquez
é de Orihuela, y se abajaron al valle de lea. Juan de Guzman,
que había quedado preso en Lima
é
Caxca, so alió de la pri–
sion ése
fué
á juntar con Almagro.
Pues llegado Pizarra con toda su gen te, asentó su real en
aquel valle ,
y
á
los indios mandó que proveyesen de basti–
mento nece ario
á
los españoles. Hefoando Piza1To , viendo
que ya el Adelantado D. Diego de Almagro esta.ria muy ale–
jado de aquel lugar,
y
estaba en su.mano irse
á
la ciudad del
Cuzco adol)de la guerra se había de ir
á
fenecer , acordó de
aconsejar al Gobernador que le cometiese aquel caso
é
le
diese comision para, por su persona, ir
á
la ciudad del Cuzco
é
recuperarla como ántes e taba,
é
que la justicia le recono–
ciese por Gobernador en nombre de S.
1\1.,
é
si Almagro le
resistiese que "aquello no viniese en efecto, castigarle. Como
el odio que el Gobernador ya tenía contra Almagro fuese mu–
cho
y
en tanta manera le aborrecía, no solamente deseaba lo
que su hermano le aconsejaba , mas decía que su gobernacion
basta el Estrecho de Magall anes allegaba,
é
que con la punta
de la lanza lo había· de uefender á Almagro
é
á
otra cualquier
persona que quisiese, sin autoridad Real, tiran izarlo.
É
to–
mando su consejo con el capitan Alonso de Alvarado, Diego
de Agüero,
y
el padre
Garcí~
Diaz ,
y
el padre fray Juan de
Olías, D. Pedro Puertoca rrero, Antonio Picado, su secretario,
Peranzures
y
otros, so bre que por verse viejo
é
muy can–
sado, llenq de enfermedades, tenía determinado de nombrar