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GUERRA
al real de Pizarro; llamábé,lse el uno Manjarres, y el otro San–
cho de Reinosa. . Dieron mandado cómo Almagro sé iba la
vuelta dél Cuico; é como esta" nueva tuviese el Gobernador
é
sus
capÜan~s,
determinaron de ir siguiéndole creyendo. que lo
podrian desbaratar.
El
Adelantado
y
sus capitanes h.abian .he–
cho aJto en el despublad·o adela.nte de Guaytara, adonde babia
gran ·cantidad de nieve, que no poca fatiga daba al anciano
Adelantado,. por ir muy enfermo de las bubas, é con toda su
gen\e puesta á puñto de guerra, todos, con gran ' v_oluntad,
ut'ránimes é
confo~mes,
no dándoseles nada por el frio é cre–
cidos
c~I'ros
de' nieves , entre los cuales estaban metidos, aguat··
daro·n al enemigo para le dar. la batalla todo un día
é
una
. noche, habiendo primero enviado el bagaje :delante para mºás
sueltamente poder retirarse si se viesen desbaratados; las ban–
deras tenian los alféreces, los .caballeros más principales es–
taban sieinpre junto al Adeh.rntado. ·
Estando las cosas ·de esta manera, con el aviso que reci–
bieron de los dos que se huyeron del real del Adelantado;
e.l Gobernador é los suyos fueron siguiéndole, llevando de–
lante de si las banderas;.
é
por j.ustificar mas su causa é dar á
entendú que tocaba al servicio del Rey, traia en su ejército
estandarte Real, en el cual venían esculpidas las armas Rea–
les
y
el ·águila imperial de César, como si por ventura por. su
mandado
é
voluntad aquellas guerras se hicieran.
É
sin órdea
nenguna fueron siguiendo al Adelantado,
é
como iban
á
la li–
gera, sin llevar tiendas adonde se pudiesen
güa.re~er
del frío .
é de la mucha nieve que caía; no ·pudieron compadecerse; so–
brevínoles otrn mayor trabajo, que
_fué ,
q~e
como todos iban
hechos del calor é habia muchos días que el frio é sierras ne–
vadas por ellos no era visto, no hobieron caminado por aque–
lla parte, cuando todos los más, con el viento tan recio que
venia, desvanecidos de las cabezas, como los que nunca han
visto mar navegando por ella
SE(
almadían; é reciben gran
congoja, no era ménos la que éstos tenían: tanto les fati–
gaba aquel mal, qué los provocaba
á
gómito,
.é
lanzaban las
armas
y
estaban desatinados. Pues Jos capitanes, coh el deseo