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CO DE DE
•ALVATIERRA.
r o tro, ya sacando el crucifijo, la calavera
ó
pinturas del infierno . Las pecadoras mas desen–
vueltas , aun cuando hubieran acudido
á
sus
fervorosas exhortaciones por pur
curiosidad
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preocupadas contra sus exhibiciones ,
alian
hechas penitente Magdalenas . Algun a ... esino,
resuelto á dar el golpe mortal, sintió sus brazo
. d sfallecido y dejo caer el puñal ya levantado .
Se reconciliaron algunos hombres vengativos
con enemigos á quienes aborrecian de inuerte .
Pagaron us deudas estafadore de la peor ralea,
y perdonaron us créditos usureros, que nunca
habian t enido com a ion de la penuria aj ena . Era
obre todo
rodigiosa la ira formaciol\l de los
negros , q&e o
i
lan o
u cinico
~ensualismo
,
dej aban los
a-n
ares impudícos, los t:>ailes lascivos
y las repubnan
orgi s, po
la
funciones de
igle ia, obras de piedad y práctica edificante de
sus debere . Soportando la esclavitud con mayor
resignacion , estaban tambien ménos expuestos á
violencias brutales; por que sus amos, viéndolos
buenos cristianos, no los consideraban ya como
pura·s bestias de servicio, ino como descendiente
de un Padre comun y re catados por Je ucristo á
precio de .su divina sangre.
Un acrilegio, un milagro y un terremoto roo-