150
00
DE DE SALVATIERRA.
de la cordillera oriental, derrumbó al tos cerros
y
convirtió en precipicios horribles sus nunca
seguros senderos. Un cura de la montaña, que
regresaba á su parroquia, se halló por causa del
derrumbe, suspendido sobre un abismo
y
sin
acce o posible al
terreno fir1ne. Habiéndose
hecho esfuerzos vanos para alzarle, murió de
hambre
á
lo cinco dias de tan horrible agonía.
Los vecinos del Cuzco, sintiendo , que las
sacudidas de la tierra se repetian .
á
menudo por
muchos mese , se entregaron á un acceso de
penitencia, no encontrando demostracioli, q
~e
les pareciese excesiv . .Hubo una procesion en
que eclesiá
.
C(í)
leb'O
aiero.n.laS pruebas mas
extraordinarias de pena nt
fervo:re . ·Todo ·
desechab u
o
o la pomp s
ino el tocado,
cuello , c p
y
r
prendas del vestido or i- .
nario.
inguno dejó de mortificarse á su modo.
Quienes marchaban con soga.
' .la garganta,
mordaza en la boca
y
grillos
~n
las piernas.
Quienes no podían dar un paso abru1nados con
pesadas cruces
ó
cadenas . Iban unos azotándo e
con disciplinas de hierro, mi 'ntras otros se
daban cruele ·
bo~ tada~.
Algunos llevaban lo
brazos a pados. Los frailes de San Francisco se
distinguían por sus cilicios en el cuerpo, palos