D. JOAQUIN DE LA PEZUELA.
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símbolo del pabellon chileno, se reembarcó el resto
del ejército libertador 1 dia 24, diri
0
·iéndose el 26
al noroeste ,
y
el 30 se estacionó la mayor parte en
el puerto de
.A ..
ncon, para estar cerca de la escua–
dra, que babia fondeado tres dia ántes, frente á la
bahía del Callao,
y
cuyo jefe proyectaba una de
las hazañas más extraordinarias.
Lord Cochrane pensaba sacar la fragata española
Esmeralda
y
otros buques, que se hallaban ancla–
dos bajo la proteccion de los castillos, en número de
once , rodeados de 24 lanchas cañoneras, acoderados
y
dentro de una cadena, que impedía la entrada
á
la dársena. Semejante ataque hubiera parecido una
temeridad más propia de un soñador, que de un hom–
bre serio, si el audaz, hábil y sereno Almirante no
fuera capaz de may'ores prodigios,
y
si los soldados,
que debían secundarle, no se hubieran disputado el
punto del peligro e tremo. Con la confianza, que le
inspiraban tan heroica decision
y
su propio 'enio,
hizo un simulacro de ataque en la noche del 4 de
Noviembre; al dia siguiente fingió preocuparse con
la vista de desconocidas embarcaciones, haciendo
levar anclas
á
la Lautaro, la Independencia
y
el
Araucano;
y
á
las diez de la noche, hora en que los
realistas estaban sin el menor recelo, se dirigió há–
cia el fondeadero de ellos, llevando en dos divisio–
nes de barca 240 combatientes, que sin. ser. senti–
dos cruzaron la estacada
á
la media noche. Cerca
ya de la Esmeralda, impuso Cochrane silencio, con
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