- 107 -
vecinos temían, quedando tan pocos, que el Inga vmie–
se otra vez
y
gana e el pueblo, porque, como estaban mu–
chos preso y sin caballos todos, tenían razón ele temello.
El Adelantado e determinó de venirse ºaquí,
y
Orgoñez,
su Capitán geileral, e vino delante con ciento y cincuen–
ta d
0
caballo, y lo primero que hizo, en llegando, fué
juntar todas la arma que había en la ciudad,
y
todas
maneras de ba timentos;
y
a ime mo mandó pregonar
alarde
y
paga para lo que qui iesen alir con él, lo cual
hizo de la hacienda que allí tomaron a Hernanclo P iza–
rro
y
Gonzalo P izarro, y má todo el oro
y
plata de los
quintos de V. 1. El Adelantado llegó algunos días des –
pu 's, y con u venida e comenzó de entender muy ele
veras en todo lo nece ario para ·dar la batalla a H ernan –
do Pizarro,
qu~
ya abían cómo venía
y
hacían lo más
días alarde y ordenanzas para que la gente se hicics
die tra, y el Adelantado le hizo a todos muchos ofreci–
mientos generales
y
par ticulare , y mandó r epartir con
ello mucha cantidad de oro
y
plata, paresciénclole que
no había co a con que más amigos ganase ; y con e:s1o
luego entendieron todo en hacer coseletes ele plata,
y_
ce·
ladas y brazales y todo lo demás tan bién hechos y no
menos fuer te que si fueran de füán, por que la flaque–
za de la plata la hacían fuerte con echarla doblada. Des–
ta manera se pu o la gente tan lucida, como los soldados.
criados en Lombardía,
y,
como se decía ven ir Hernanclo
Pizarro con mucha gente, habían determinado de espera–
lle dentro de ta ciudad,
fortificándo.lahácia la parte del
río, que es por donde t enía alguna falta
y
lo había me–
ne ter, y para más eguridad hizo prender ciertos veci–
nos que él pen aba le eran enemigos por er amigos del
Gobernador.