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parte, y así :lsentó su real en las Salinas. Hernando Pi–
zarro, después de recogida la mayor parte de su gen,te,
vino en mucha orden, con pensamiento de topar aquel
día con los contrarios en un llano grande que e8tá tres
leguas de aquí, y como no los halló d.ejó el camino real,
dejándose descolgar por unas laderas gr.andes, a fin de
ponerse en un alto que está encima de unos llanos que
se llaman la Salinas.
Orgoñez, por las muchas espías de indios que tenía,
supo como habían dejado el camino real y tomado éste
que digo, y movió su real con mucha orden, y asentólo
tres cuartos de legua desta ciudad, en el comedio de una
sierra y el río ; puso la infantería al reparo de unas ca–
sa caídas, y al costado puso la artillería, que la tenía
muy buena. Los indios de Paulo mandó poner en la la–
dera, junto al camino real, que eran pasados de quince
mil· y él se puso en lo llano con toda la gente de caballo,
ve tidos sobre las arma camisas blancas. De manera que
quedó el camino en medio de la infantería y de la gen–
te de caballo, haciendo cuenta que viniendo Hernando
Pizarra por él, siendo tan angosto, porque es hecho a
mano por causa de las salinas que están de la una par–
te y de la otra, fácilmente los desbaratarían. Hernando
Pizarra aquel día. se detuvo en levantarse ha ta que en–
tendió que estaría toda la gente bien apercibida, y vis–
tióse sobre la arma una ropeta de dama co ·naranjado,
y en la celada una pluma blanca que sobrepujaba sobre
todo gran parte, y oyó misa con todo el ejército con gran
devoción
y
acabada se bajaron a lo llano, adonde pui;o
en orden su gente, sacando veinte arcabuceros de los má
diestros para obresalientes; de los demás con toda la
infantería hizo un e cuadrón de tres compañías. De los
de caballo se hizo otro escuadrón; de las compañías de