- 96-
pilotos a un pueble,>
que se dice Mala, que está en mitad
del camino que hay de Lo Reyes a Chincha : adonde vis–
ta el altura
y
cotejado los grados con las leguas que-–
las provisiones de V. M. mandan tener a cada uno en
gobernación, teniéndolo vi to e muy bien examinado,
envió a decir a ambos Gobernador y Adelantado, que
con cada diez de caballo vinie en a oir la sentencia. La
gente del Gobernador e e candalizó ·de to mucho, di–
ciendo que no lo habían de consentir, porque en el Cuz–
co, sobre
tregua~,
había .el Adelantado prendido a Her–
nando Pizano,
y
que también después con cartas con–
trahechas había procurado prender a Alonso de Alva–
rado
y
a los que con él iban, en la puente; mas como
el Gobernador no ·podía dejar de cumplir lo que el Juez:
ordenaba, determinó de ir pue no era justo excu arlo,
y
así se partió con diez hombres de confianza como es–
taba el concierto. El ejército, viendo
ir
al Gobernador,
como todo le querían bien, temiendo no le acaeciese al–
gún desastre, decían a Gonzalo Pizarro, que tenían por
General, que habían de ir tra dél,
y
como él también se te–
mía, según lo que con él se había hecho, fué con todo el
r eal tras él.
·
El Gobernador y el Adelantado se juntaron en los
aposentos señalados para ello,
y
allí se rescibieron con
tantas lágrimas y. palabra de amor, como si cosa hasta
entonces no hobiera pa ado,
y
con ideraban Ja buena
ami tad
y
hermandad que e habían tenido, y, viendo la
di cordia que a la azón tenían, rnirábase el uno a el
otro como espantados de lo ucedido;
y
después de mu–
chas di culpa que el Adelantado le dió, se comunicó
·se diesen medios sin esperar sentencia, poniendo en li–
bertad a Hernando Pizarro para que fu ese a dar cuen–
ta pül' ambos a
V.
M. En todo e to se pa ó toda la ma-