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ocho, prendiendo y matando mucha gente; los españo–
les que el Inga llevaba p re os tuvieron lugar de escon–
derse, saliendo al camino a Orgoñez, el cual se quedó con
algunas p er onas muy cansado esperando los cab allos,
porque habían ido español s 0orr indios a abrilles el ca–
mino; los d emá fueron en el alcan ce h a t a una pu ente
de un río gr ande, a.donde con mu ha p r iesa, por pa··ar,
e ahogaron muchos indioos d e los qu e hu ían, deshacién–
dose parte d e la puente, p orque llegados cristiano no se
la d ejarían d e hacer : los españole n o o aron p a ar ade–
lante porque e hallaron pocos y mu y cansados.
Orgoñez llegó otro día de mañana, y mandó cortar
arboleda
y
ader ezar la puente; todo aquel día se p a–
só en e to,
y
el igtúente, antes que amanecies , pasa–
ron, y no habían andado gran trecho, cuando tornaron
a dar en indio d e guerra d el Inga, n o parando d e co–
rrer hasta llegar al pu eblo d e Urcos, ya tan cansados
lo caballos que no podían pa ar adelante; aquí e
hallaron mu cha r opa d e los spañoles muer tos, a<lon–
de por aquealla
e d erramó la gente por el pue–
blo, dan do lugar a que el Inga e al jase, que a1
tiempo que ello llegaron salía 'l d e allí t an fatigado
y
de amparado de lo suyo , que iba a pie por no hab r
quien l e llevase. Orgoñez pasó adelante con tres o cua–
tro de caballo,
c1
jando en las casas d el ol españoles
que las gu ardas n , porque d ejaron allí el Sol con t odas
las mujer e que t enían cargo d él. E a noch e llegó al
pié d e un puerto muy alto y de mucha nieve, h abiendo
dej ado detrá la. andas,
y
llevaba copsigo no má. que
veinte in dios lucan es, que es la más su elta gente que hay
en estas p ar te , los cual es a rato le llevaban del bra–
zo, porque d e cor tado y cansado no e podía valer; Vi–
llahoma iba allí esforzándole todo lo que podía.